Al hablar de una sexualidad responsable y respetuosa, las cosas deben ser llamadas por su nombre y no por seudónimos, el propósito de esta columna es educarnos en la sexualidad a través de las neuro-ciencias y para ello dejaremos todos los tabúes a un lado y hablaremos muy abiertamente…
Hay muchos temas en sexualidad, lo correcto es empezar desde 0, te invito a que desaprendas todo lo que sepas de este tema y aquí vamos a aprender, Así formaremos la base que nos llevara a un buen camino y que los ámbitos de la vida inicien con un buen punto de partida, te invito a que juntos empecemos este camino a transformarnos, y por que no empezar desde el órgano más sexual que tenemos… nuestro cerebro.
Existen diferentes tipos de inteligencias, las cuales nos caracterizan en ciertos ámbitos en específico, por ejemplo, existe la musical, espacial, lógico-matemática, entro otras, también existe la Inteligencia sexual, la cual es innata en nosotros, ya que desde que nacemos somos seres sexualmente activos y nuestro cerebro se encarga de modelarlo día a día; el sexo influye de manera trascendental en todas nuestras relaciones interpersonales, pues, no solo permite una conexión física, si no que permite también una conexión emocional con el ser querido.
El mal uso de la inteligencia sexual ayuda a entender que muchos mensajes de ese tipo, carezcan de sentido y pueden hacer infeliz a la persona que los acepta, consciente o inconscientemente; aclaro, en ocasiones, las inseguridades, la rutina o las creencias provocan una pérdida de rumbo, repitiendo en nuestra cultura que el sexo es algo negativo y sucio. Por ejemplo, oímos muy a menudo que “los hombres piensan con sus genitales”; o que “los hombres que tienen relaciones sexuales frecuentes y variables, son los super machos”; en cambio dicen “las mujeres no disfrutan del sexo plenamente” o por el contrario si “ellas tienen una vida sexual activa y satisfactoria son unas cualquiera”.
Los estereotipos que nuestras creencias han establecido gracias a los ambientes que nos rodean, han hecho muchas veces que nuestra autoestima carezca de valor, y que dependamos de un tercero para tener aprobación, una palabra de aliento o una palabra bonita. Queremos estar dentro de ciertos círculos sociales, que muchas veces nos olvidamos de nuestros valores, de nosotros mismos, estamos tan vacíos que queremos satisfacer a todos, y, siento decirte que tu no necesitas esas aprobaciones porque tú eres un ser valioso, lleno de virtudes y de cosas maravillosas que te hacen único, tú las sabes, borra esa creencia, mira dentro de ti y escucha esa pequeña y frágil voz que acepta quién eres, que se valora y se enorgullece de ti, para saber cómo hacer que esa voz sea fuerte debemos entender primero que el cerebro femenino y masculino son diferentes igual que sus cuerpos, y segundo que debes aprender a creer en ti.
Hablando de los cerebros masculino y femenino la neuropsiquiatra americana Louann Brizendine en sus libros “the female and the male brain” nos revelan que los cerebros F y M son diferentes, esto debido a sus diferencias hormonales.
El cerebro de las mujeres se concluye que su hipocampo (estructura cerebral implicada en la memoria) es MAYOR, esto significa que las mujeres expresan mejor las emociones y recuerdan mejor los detalles de acontecimientos emocionales. Además, su cerebro posee una sobresaliente agilidad mental, habilidad para involucrarse profundamente en la amistad y con una gran destreza para desactivar conflictos, la parte de la autoestima femenina se basa en su capacidad para conservar relaciones afectuosas con quien la rodea.
Por otro lado, el cerebro de los hombres tiene dos veces y media más de espacio cerebral dedicado al impulso sexual, igual que los centros cerebrales más desarrollados para la acción y la agresividad, son manejados inconscientemente por su cerebro reptil. Los hombres usan en general el lenguaje para dar órdenes a otros, hacer que se hagan las cosas, presumir; la parte de la autoestima masculina se basa en su capacidad para mantenerse independiente de los demás. Y todo esto a que las mujeres emplean ambos lados del cerebro para responder a las experiencias emocionales, mientras que los hombres sólo un lado.
La buena noticia es que la arquitectura cerebral no está grabada en piedra al nacer ni al final de la infancia, sino que sigue cambiando durante toda la vida. Nuestros cerebros son mucho más plásticos y cambiables, esta es la máquina de aprendizaje más ingeniosa que conocemos. De modo que con ayuda de un profesional y de ti mismo, esas creencias culturales y los principios conductuales que se nos inculcan se pueden remodelar.