Las manos sudan, se siente un vacío en el estómago, la cara se sonroja o en otras ocasiones empalidece, hay un nudo en la garganta, no se sabe que decir, un sentimiento de ridículo recorre nuestro sistema nervioso, el ego retumba en tu cabeza diciendo, ¿por qué tengo que hacer esto? e incluso te puedes sentir menos que la otra persona, son emociones y sensaciones que nuestro cuerpo experimenta cuando nos hemos equivocado y hay que reconocer el error ante otra persona.
Es normal que eso nos pase, la gran diferencia está en cómo lo asumimos, ¿tenemos la madurez emocional de reconocerlo y enfrentarlo?, o por el contrario, ¿nos dejamos llevar por la obstinación y mantenemos nuestra posición así este errada? si te ha pasado eso, dependiendo de cómo actuaste o actúes ante estas situaciones inherentes de los seres humanos, si tuvieras el poder, podrías tu también desenlazar una guerra en cualquier parte del mundo… o evitarla.
Hay rumores de una posible tercera guerra mundial, no es la primera vez que pasa y no será la última. Para mí, lo más curioso es la manera en que todo empieza, siempre es similar, si miras como empezó la primera y segunda guerra mundial, y en general todas las guerras, hay patrones parecidos, que inician con actitudes y personalidades arrogantes, egoístas, extremistas, obstinadas, avarientas y con ansia de poder.
¡Miguel estás exagerando! – No, en lo absoluto, solo estoy trayendo los hechos actuales a la vida del ciudadano de a pie, quiero mostrarte que muchos de los dirigentes mundiales carecen de madurez emocional, tienen comportamientos de niños pequeños, quienes, si no consiguen lo quieren, hacen un berrinche (pataleta), en este caso una guerra.
¿Cuantas veces tu haz actuado igual? terminaste una relación sentimental, familiar, laboral, una amistad, que te aportaba, tan solo por un mal entendido, y tu tuviste el mismo comportamiento y no supiste reconocer tu error.
En épocas antiguas era normal el salvajismo para obtener poder, con el tiempo hemos ido “evolucionando” pero pese a eso, los comportamientos siguen siendo iguales, matando al que piensa diferente, prevalece lo que yo pienso sobre los demás, lo que yo hago es correcto y los otros están mal, siempre nos enfocamos en nuestra parte, entonces me pregunto. ¿Realmente hemos evolucionado?
Solo falta con analizar la opinión que tienes respecto a algunos temas, ¿cuál crees que es el rol de la mujer y del hombre en la sociedad?, ¿qué opinas del matrimonio igualitario?, ¿qué opinas de los musulmanes y los cristianos?, ¿qué opinas de los que no creen en Dios? ¿Tienes conocidos o hablas con alguien que piensa políticamente diferente a ti, o es mejor tenerlos alejados “porque son ignorantes”?, ¿qué me dices de los inmigrantes que llegan a tu país?
Desde estas sencillas preguntas puedes identificar si eres parte del problema o por el contrario tienes un concepto equilibrado entendiendo que todos tenemos razón, solo que tenemos constructos diferentes, y solo falta desarrollar más afinidad por los demás, ¿te has alejado de estos planteamientos extremistas, y vives en equilibrio?
Ese equilibrio también implica ser objetivos ante nuestras opiniones, dejando de lado esa doble moral de quienes condenan la invasión de Rusia, pero aplauden el exterminio de Palestina, luchan por mejores condiciones laborales, pero se hacen los de la vista gorda ante la esclavitud de africanos en Europa y latinos en Estados Unidos.
¿Tienes la disposición para debatir con alguien independientemente de su ideología política, religión, identidad sexual, raza o etnia, sin agredirlos?
Me gustaría saber qué piensas al respecto, escríbeme a creserusa@gmail.com y sígueme en FB, IG como @creserusa y en pocas como Crecer Evoluciona.