“Ojalá todas las mujeres pudieran tener la oportunidad de conocer lo diversos que son en realidad los tamaños y la forma de los pechos, y pudieran ver cuánto varían de una mujer a otra. Entonces comprenderían los sesgada que es normalmente nuestra percepción de nuestros pechos y tendríamos la oportunidad de comenzar a amar lo que tenemos en lugar de compararlos a un ideal imposible, y sufrir por ello”.
Este mes de octubre dónde se celebra la lucha contra el cáncer de mama te invito a que hagamos una renovación; no importa el género que seas el cáncer no discrimina. Tanto los hombres como las mujeres tienen mamas que están compuestas por tejido graso, tejido fibroso llamado estroma, pezones o tetillas, conductos y lobulillos. Así que a los hombres también les da cáncer de mamas; en los Estados Unidos, menos del 1 % de todos los casos de cáncer de mama se producen en hombres.
– Es imperativo y sagrado que nos hagamos el auto-examen mensual de las mamas –
Siempre se nos ha dicho esto, pero la realidad es que muchas mujeres y hombres no se tocan por miedo a que puedan encontrar algo malo con sus cuerpos, otros y otras porque es un pecado la autoexploración, y otro(a)s simplemente no saben o no les interesa el tema. Lo cierto es que ahí es el punto donde debemos empezar a trabajar, porque no son los médicos quienes encuentran anormalidades, somos cada uno de nosotros cuando podemos tocar, sentir y ver aquellas anormalidades que se presentan en cualquier parte de nuestro cuerpo, y en este caso en las mamas.
Por ley universal, aquello en lo que centramos la atención tiende a expandirse. Por lo tanto, te pregunto: ¿Quién está en su sano juicio se exploraría los pechos cada mes pensando en encontrar “cáncer”?
Muy seguramente la respuesta es no, pero el comportamiento a nivel cerebral es diferente que nos han condicionado a tal punto que al escuchar auto-examen mamario se nos viene a nuestra mente sin titubear cáncer de mama.
Te dejaré el paso a paso para hacerte en casa el auto-examen:
Empiece por acostarse boca arriba. Es más fácil examinarse todo el tejido mamario si está acostada(o).
- Coloque la mano derecha por detrás de la cabeza. Con los dedos del medio de la mano izquierda presione suave, pero con firmeza haciendo movimientos pequeños para examinar toda la mama derecha.
- Luego, estando sentada(o) o de pie, palpe la axila, ya que el tejido mamario se extiende hasta esta zona.
- Presione suavemente los pezones, verificando si hay secreción. Repita el proceso en la mama izquierda.
- Luego, párese frente a un espejo con los brazos a los lados.
- Mire las mamas directamente y en el espejo. Busque cambios en la textura de la piel, como hoyuelos, arrugas, abolladuras o piel que luzca como cáscara de naranja.
- Igualmente observe la forma y el contorno de cada mama.
- Revise para ver si el pezón está hundido.
- Haga lo mismo con los brazos elevados por encima de la cabeza.
El objetivo es acostumbrarse a sentir sus pechos (senos). Esto le ayudará a encontrar algo nuevo o diferente. Y en caso que exista una anormalidad, no dude en ir a su medico o una entidad de salud.
Muchas veces los cánceres y otros tipos de enfermedades corporales vienen de eventos emocionales no cerrados, ni resueltos que están en nuestro interior; Nuestra tarea es aprender, momento a momento, a respetarnos a nosotros mismos y a respetar nuestro cuerpo, sin importar el tipo de cuerpo que tengamos. Cuando valoramos y apreciamos todo nuestro cuerpo y en especial nuestros pechos, muchas cosas a nivel emocional, mental, espiritual e incluso corporal empiezan a mejorar inmediatamente.
Por si no lo sabias los pensamientos y los sentimientos tienen efectos físicos. Ábrete para recibir ayuda, sustento y compasión de ti misma y de los demás. cuando te ocurra algo que te cause pena, resentimiento dolor, date permiso para quitarte esos sentimientos del pecho y transmitirlos exteriormente, desahógate, déjalas marchar y se libre. Igualmente aprende a alimentarte bien, disfruta lo que comes diariamente, haz ejercicio, mueve tu cuerpo, aprendí un hobby, escuchar música, sonríe, baila, o haz algo que sea de tu agrado y te dé placer.