Quizás sonara a frase de cajón o teoría trillada respecto a la diferencia entre líder y jefe, creo que es un momento pertinente para hacerlo pues debido al “despertar social” que se está dando, han surgido muchos “líderes” que en mi concepto personal de eso no tienen nada, el gritar, insultar, no asumir responsabilidades, hacer daño y menoscabar no es de líderes, ni siquiera de jefes, la verdad no sabría cómo llamarlos.
Alguien que tiene acceso al poder y carece de habilidades para ejercerlo responsablemente, puede ser muy peligroso, sin embargo para contextualizar este artículo lo llamaremos jefe y veremos según mi concepto como funciona:
Un “buen jefe” tiene tres características principales, ignorancia, ego y miedo.
La ignorancia la podemos ver reflejada en esas personas que pese a su posición no tienen la más remota idea de donde están o que deben hacer, y pese a eso ordenan u orientan procesos que todos (menos ellos) saben que está mal hacerlos de esa manera, o sencillamente es una repetición sistemática de los errores de siempre, y no buscan ni aceptan soluciones alternativas, solo porque así se ha hecho siempre y yo lo digo, acá entra el segundo factor.
El ego, ese sentimiento de sobre-autosuficiencia donde esa persona cree que el tener un cargo o responsabilidad lo dota de súper-poderes, inmediatamente después de su posesión, soportado por una personalidad déspota (autoritaria) que debo aclarar, no surge con el asumir el cargo, esa persona siempre fue ególatra solo que no tenía una palanca para demostrarlo. Por eso es que con esta característica ese jefe quiere sobresalir exclusivamente como individuo, aplastando a los demás “subordinados” solo por mostrar su poder y que es más que los demás. En mi concepto, el ego de un(a) jefe, es una muestra clara de falta de autoestima, pues usa el poder para sentirse superior, así cubre ese vacío de desarrollo personal, frustraciones e incapacidades.
El miedo, es un factor que nos puede hacer débiles o fuertes ante una situación, depende de cómo lo asumamos, el miedo puede impulsar o paralizar, eso lo define tu personalidad y forma de ver la vida, el miedo puede hacer que pierdas o salves tu vida, solo tú eliges en qué lado estas, y en un jefe lastimosamente su función es paralizante, teme a equivocarse y más aun a reconocerlo, por eso generalmente tiende a culpar a otros(colaboradores/empleados) de sus errores haciéndose ver como perfecto, pero que los demás son incapaces, y algo aun peor busca aceptación de ellos para sentir que es líder.
Por estas tres sencillas razones es que necesitamos trabajar para ser líderes realmente, en anteriores publicaciones he hablado respecto al liderazgo, en esta ocasión solo complemento los argumentos expuestos en oportunidades anteriores.
Aplicando neuro-ciencia al liderazgo, hay un factor que resalta y es que una persona con capacidades reales de liderazgo frontaliza, ¿Qué quiere decir esto? Que está en la capacidad de manejar sus emociones y no reaccionar a ellas, no tomarse las situaciones personales si no entender lo que él representa y muchas reacciones no son en su contra, no busca aceptación, sus actuaciones son enfocadas en lo más correcto posible, basándose en respeto, equidad y equilibrio, siempre busca un beneficio común sobre el personal, asumiendo los errores del grupo como propios y dando el reconocimiento por la consecución de logros a su equipo.
Según estas dos aspectos, en tu rol diario ¿Con cuál te identificas?
Miguel Díaz
Neurocoach