Parte I
En mi artículo anterior hablaba del estrés, causas y consecuencias de ella, cómo poderlo prevenir, y experimentar una vida más saludable. pero me gustaría trabajar un poco más a fondo, del por qué en especial nosotras las mujeres podemos entrar en cuadros de estrés mucho más rápido que los hombres, vivir con desánimo, sentir falta de amor por parte de la pareja, sentir falta de amor propio, o simplemente sentir la culpa en todas sus expresiones.
Para las mujeres, viene de una herencia acentuada en una cultura judea-cristiana quien nos responsabiliza y si no se cumple es un “pecado” junto a ella la sociedad ha pasado de ser una de las que avergüenza a una de las que culpa. especialmente cuando tienes una relación de pareja. Te has adentrado a un sinfín de responsabilidades, muchas de ellas auto impuestas, que cuando te sales un poco del parámetro que debería ser la “relación perfecta” que tú has puesto en tu mente, todos estos cuadros de sentimientos y emociones que he mencionado anteriormente se convierten en una tortura y en el día de tu relación.
Se nos ha condicionado desde muy pequeñas, a como se debería complacer a esa persona con la que comparte tu vida, cómo se debe servir, el guiar, impulsar, incluso dejar tu vida a un lado para que esa persona se convierta tu centro de atención, en pocas palabras un “hijo para criar”. Suena un poco feo, pero analizando un poco las relaciones socio-afectivas son así.
Es una culpa que aprendemos a medida que avanzamos en una vida de línea cuidadosamente trazada. Ser mujeres y moverse entre esas barreras invisibles de lo que es y lo que no debería ser, es como percibir descargas eléctricas cuando intentas escapar de ellas.
¿Por qué las mujeres sentimos culpa? Básicamente por todo. Porque no cumplimos con las expectativas de otras personas, porque nos sentimos solas, porque nos quejamos, porque algunas se masturban, porque otras disfrutan el sexo, porque algunas deciden ser madres en un planeta que tiene pandemias, crisis, porque queremos más tiempo para nosotras, por nuestros deseos y anhelos, porque queremos tener un día libre, por no ser lo suficientemente femenina, cuidadora o servicial.
Y cuando nos queremos liberar de esa culpa y actuamos con “equidad” y hacemos lo mismo que los hombres el castigo es mucho más fuerte, cuántas mujeres no fueron o son maltratadas, violentadas o asesinadas por hablar duro, estar en desacuerdo, buscar la libertad, salirse de los moldes, decir no, o estar en búsqueda de su sueño. En definitiva, por malas no se educan para hacer correctas, y se utiliza este sentimiento de culpa para garantizar que no salgamos de nuestros deberes o para que recordemos que no somos lo suficientemente buenas.
Sentir culpa tiene efectos a diferentes niveles y en ellas fluyen, tanto particularidades psicológicas individuales como la educación más temprana en la familia, y de manera más profunda, los estereotipos sociales y roles de géneros impuestos.
La culpa también es manipulación, nos culpan por salirnos de las normas y las costumbres impuestas, por incumplir los mandatos sociales que determina nuestra forma de pensar, conforman nuestro sistema de valores, y guía nuestro comportamiento. La culpa es una responsabilidad malentendida. Se instala en nuestro interior y después resulta muy difícil extirparla.
Y probablemente esto nos hará sufrir, ya que con frecuencia descubriremos que recibimos menos de lo que creemos dar, algo que puede hacer que nos sintamos injustamente tratadas insatisfechas en nuestras relaciones interpersonales. En algunas ocasiones pasamos mucho tiempo valorando lo que los demás nos devuelven a cambio de nuestra entrega. Hemos convertido Todos los sentimientos en una moneda de cambio, que cuando no resulta ser así la culpa nos consume.
Para la religión católica y en la cultura latina par quienes son creyentes se tiene la figura de la virgen María como un referente muy potente, la mujer sin sombra, perfecta, que ama a su hijo por sobre todas las cosas, que es sacrificada. Entonces cuando una mujer no cumple quizás este ideal las cargas sobre los hombros se acumula y lo siguiente es la culpa porque cree que lo que está mal es algo en ella.
Pero no te asustes, en el siguiente artículo, podrás leer el proceso de liberación de la culpa. Recuerda seguirnos en todas nuestras plataformas como @creserusa, y síguenos en nuestra página web www.creserevoluciona.com