Es de madrugada y ya empezaron labores, hay que recolectar comida, cuidar la prole de la reina, construir el hormiguero, proteger a la comunidad y realizar muchas otras labores, después de un arduo día de trabajo, toman su descanso, para al siguiente día tener la misma rutina hasta el día de su muerte.
¿Te suena familiar?, pues de ese mismo modo nos comportamos muchos de nosotros, desde temprano es necesario empezar labores, para buscar el dinero para la comida, la renta, el seguro del carro, la escuela de los hijos, pagar los servicios, y hacer todo el tiempo extra posible o salir corriendo para el otro trabajo, en conclusión mantener el hormiguero y proteger a la comunidad, aparte de eso, lavar ropa, hacer aseo y muchas otras labores que se quedan sin mencionar.
Quien dude que somos una especie animal, necesita replantear su posición en la vida. Esta situación no es solo con las hormigas, todos los animales en su habitat natural tienen cosas por hacer para garantizar su supervivencia, sin embargo los animales trabajan pero no lo hacen noche y día, ellos saben cuándo han hecho lo suficiente, y podemos verlos disfrutando de sus familias o su comunidad.
Si los animales “irracionales” pueden manejar un equilibrio ¿Por qué los animales “racionales” como tú y yo, no podemos hacerlo?… la respuesta es sencilla consumismo, el qué dirán, en muchas ocasiones codicia e incluso en muchas otras ira o sed de venganza.
En este artículo no quiero hacer una oda a la pobreza ni a la pereza, ni más faltaba, soy un convencido de la necesidad que tenemos los latinos de darnos una vida digna, con un buen ingreso y garantizarle eso a nuestra familia, pero cuando nuestra salud mental, física, espiritual, familiar y social está en riesgo, es necesario parar y revisar porque algo estamos haciendo mal.
La vida por si misma carece de sentido, por eso es indispensable que nosotros le demos uno. Con seguridad uno de esos sentidos es ser feliz, ¡Por favor sea feliz!, la felicidad es subjetiva, es diferente para cada persona, pero hay un factor común entre todos, y es que cuando compartimos con seres queridos, se genera una sensación de bienestar, y son momentos que quisiéramos que nunca acabaran, por eso a muchos les da dolor cuando llega el lunes o el día que se acaba su descanso.
En la sociedad que vivimos, es muy común estar bombardeados por la presión social que nos dicta que si no emprendemos somos fracasados, que si no haces un millón de dólares eres un bueno para nada, y que va a ser de tu vida, que si no tienes el carro del año para que trabajas, y un montón de parámetros que no pasan de ser solo adquisiciones materiales.
Nadie nos pone una cinta métrica o presión social, para ver cuánto tiempo dedicamos a nuestros hijos, que tiempo de calidad pasamos con nuestra pareja, cuantas veces llamamos o visitamos a nuestros padres o que tiempo disfrutamos con nuestros amigos, de hecho esas son cosas de tercer, cuarto y hasta quinto plano.
Haz pensado que lo más curioso de esta situación, es que cuando te retires, cuando envejezcas, esas áreas que descuidaste son las que van a estar en tu entorno, y si no las has cultivado, sino las has trabajado ¿Qué vas a recibir?
Hacer algo para garantizar la supervivencia es vital, por eso mismo garantiza que sigamos vivos, siempre debemos tener en cuenta que igualmente es temporal, es injusto esperar a la pensión para dedicarle tiempo a tus hijos, cuando ya están grandes y no los puedes disfrutar, es injusto esperar a la pensión para atender a tu pareja cuando se han perdido años valiosos para edificar una relación saludable, y es injusto esperar a la pensión para dedicarte tiempo a ti mismo(a).
Veo muchas publicaciones en redes sociales, escucho comentarios de personas quejándose: “ cuando te das cuenta, vas a tu casa solo de visita, porque vives más en el trabajo”, déjame decirte, que él o la única responsable eres tú, no tu jefe, no el país, no el sistema, no el gobierno, no tu trabajo, única y exclusivamente tú, que no has aprendido a darle un balance a tu vida, que no te has preocupado por planificar tus finanzas, que no tienes un objetivo claro en la vida, y que ni te inmutas por buscar a alguien que te ayude a tomar las riendas de la situación.
Aprovecha tus descansos, utiliza tus días personales, usa tus vacaciones, toma el almuerzo, si te enfermas toma los días de enfermedad, la vida es una sola, y el tiempo que se va nunca regresa, visualízate a los 65 años con el ritmo de vida que llevas hoy, ¿te gusta lo que ves? Si no, actúa, no eres un árbol ¡MUEVETE!, si te gusta, siempre hay oportunidades de mejora.
Si sabes o sientes que necesitas parar y replantear pero no sabes cómo hacerlo, contáctame, siempre estaré presto a ayudarte.