Por: John Taraborelli
Traducción: Jhon Cardona
No sería injusto decir que la oficina del superintendente en la 797 Westminster Street, sede del Departamento de Escuelas Públicas de Providence, ha tenido algunos desaciertos en los últimos años. Cuando Javier Montañez, fue nombrado superintendente interino (desde entonces elegido de forma permanente), trajo consigo algo que ninguno de sus predecesores recientes (y ha habido muchos) podría reclamar: experiencia en un aula de clases en Providence.
La historia de Montañez es impresionante y ha sido documentada con mayor detalle en otros lugares, pero aquí, nombramos esos grandes trazos: creció entre Providence y la ciudad de Nueva York. Su vida hogareña fue tan difícil que la abandonó cuando todavía era un adolescente. En ocasiones fue habitante de calle, durmiendo en autos desbloqueados o en el Parque Roger Williams. Le gustaba la escuela porque sabía que ahí podía conseguir dos comidas al día, pero le costaba leer debido a su dislexia y desertó estando en la escuela secundaria.
Eventualmente, Montañez obtuvo su GED en Boricua College en Nueva York y luego se graduó con un título de asociado y una licenciatura, allí mismo. Formó una familia, regresó a Providence y comenzó a enseñar en la escuela primaria. Se matriculó en Rhode Island College para cursar su maestría y culminó su doctorado en Johnson & Wales.
Mientras sus hijos iban a las escuelas públicas de Providence, él ascendía en el ránking académico. Se convirtió en director de Leviton Dual Language School y, después de la abrupta partida de su predecesor inmediato, fue elegido para convertirse en superintendente por la Comisionada de Educación Primaria y Secundaria de Rhode Island, Angelica Infante-Green, quien lidera la intervención estatal en las escuelas públicas de Providence.
Ahora este ex-maestro de escuela ha heredado uno de los trabajos más difíciles del estado; sin embargo, el consenso inicial rectifica que él está a la altura del desafío.
Usted es un producto del sistema de escuelas públicas de Providence en más de un sentido: ha asistido y enseñado en ellas. ¿Qué significa para los estudiantes verlo en la silla del superintendente?
En primer lugar, me gustaría decir que, si yo puedo, cualquiera puede. Soy de los estudiantes de Providence de pies a cabeza; soy de la comunidad. Creo que cuando los estudiantes se dan cuenta de que, soy capaz de hacer esto, se preguntan: ¿qué soy yo capaz de hacer y qué aspiraciones tengo?
Y les digo: “No quiero que seas como yo, necesito que seas mejor que yo”. Lo que trato de inculcarles es soñar en grande y nunca dejar de hacerlo, ni dejar que nadie los desvíe de sus sueños porque son muy capaces de hacer cualquier cosa y convertirse en quien quieran ser.
¿Qué significa para los maestros ver a alguien que ha trabajado en el aula, al igual que ellos, como superintendente?
Creo que hay una sensación de orgullo. Saben que mi núcleo es y serán siempre los estudiantes. Por lo tanto, saben que las decisiones que tomo siempre se basarán en lo que es mejor para nuestros niños. Saben que soy una persona con la que pueden tener conversaciones. Me consideran un maestro y un administrador.
¿Cuál es el mayor aporte de su experiencia docente a la oficina del superintendente, que tal vez alguien de un campo estrictamente administrativo no podría haber traído?
Cuando estás en el aula, debes ser un facilitador. Creo que es realmente importante que pasemos de ser maestros a ser facilitadores en el aula. Cuando eres un administrador que ha tenido esa experiencia, apoyando a los estudiantes y asegurándose de que crean en sí mismos, lo traes contigo y lo aplicas a toda la estructura. No significa que cada estrategia que he utilizado sea la mejor, pero cuando los maestros saben que vienes con ese conocimiento, tienden a apreciar tus sugerencias.
¿Qué papel jugó la escuela de posgrado en RIC en su desarrollo profesional?
La práctica estudiantil hizo una gran diferencia para mí. No solo aprendí el lado técnico de la labor administrativa y las teorías, sino que en realidad lo pude poner en práctica cuando regresé al aula. Ciertamente valoro esas asignaturas porque me prepararon para el siguiente paso en mi carrera.
¿Por qué eligió RIC?
Una de las razones por las que asistí a RIC fue porque estaba en “mi patio trasero”. Vivía a menos de media milla de distancia. Era padre de familia, trabajaba y estudiaba a tiempo completo. Fue más fácil para mí permanecer dentro de lo que llamo “mi hogar”. Ya trabajaba para la comunidad, iba a la escuela dentro de mi comunidad y Rhode Island College es bien conocida dentro de nuestra comunidad.
¿Qué papel crees que puede desempeñar RIC en el apoyo a las escuelas públicas de Providence?
RIC ha estado trabajando con las escuelas de Providence durante muchos, muchos años, y queremos crear ese conducto en múltiples niveles.
Primero, vemos a estudiantes que quieren convertirse en maestros y eligen ir a RIC. ¿Cómo los estamos preparando?
Luego, necesitamos un programa para aquellos que ya están en el Departamento de Escuelas Públicas de Providence, como asistentes de maestros y asistentes de instrucción. ¿Cómo preparamos a aquellos que ya tienen un título de asociado o licenciatura? ¿Cómo les ayudamos a crecer? Debemos asegurarnos de que el programa que implementamos para ellos no sea el mismo que para alguien que apenas comienza su carrera.
Asimismo, tenemos maestros que ya tienen sus títulos de licenciatura, pero quieren ascender en su profesión o ingresar a un programa de maestría. Conviene asegurarnos de que se queden en Providence; sabemos que muchas personas que se gradúan de RIC se quedan en Rhode Island.
También necesitamos preparar una conexión en algunas de las áreas difíciles de llenar; áreas enfocadas en la educación especial o en estudiantes multilingües. ¿Cómo llenamos esos puestos? Necesitamos maestros especializados en ciencias para la escuela secundaria y en matemáticas para la escuela intermedia y también la secundaria. Estos son los enlaces que necesitamos crear para asegurarnos de que estamos obteniendo lo mejor de lo mejor y hacer que esos maestros se queden aquí.