Sin lugar a dudas, estamos a las puertas de una de las elecciones de medio término más importantes en la última década en los Estados Unidos. No solo por las circunstancias económicas y sociales globales, sino por los cambios que a nivel doméstico se experimentan por decisiones internas y por las consecuencias externas.
Estados Unidos como actor y co-autor de muchas decisiones que afectan la política internacional enfrentará crisis a corto plazo y la consabida y esperada recesión no se podrá ocultar en ara de esperar las elecciones de noviembre. Los electores ya lo sabemos y al igual que en 2007, los republicanos con George Bush, hijo; como presidente aguantó el anuncio hasta el último minuto y en diciembre de 2007 anunció oficialmente la recesión. Ya el daño estaba hecho y la crisis hipotecaria y financiera arrasaron con la economía.
Hoy, el partido demócrata está aguantando ese anuncio y la inflación no reemplazará la inminencia de una recesión, que los expertos quieren maquillar con un halo de corta duración; sin embargo la inflación va cabalgando a pasos agigantados.
Medidas como el aumento en las tasas de interés no logran el cometido de frenar el aumento de precios y a nivel mundial el precio del petroleo no da visos de bajar, ni mucho menos los acuerdos sobre producción del crudo favorecen los precios internacionales.
Si este panorama no es suficiente, a nivel interno, problemáticas como el desempleo, volatilidad del empleo, incertidumbre en el crecimiento de la producción y de las empresas que no tienen materias primas predicen un futuro incierto para los años venideros.
Esto unido a un impredecible ambiente de inseguridad mundial por la guerra pone otra situación que amerita una posición clara del gobierno estadounidense, de su presidente y del congreso para saber como presenta su apoyo a sus aliados en Europa o si se queda rezagado y deja que las cosas fluyan. Anuncios de apoyo a Ucrania, apoyo a la OTAN y participación directa en sancionar a Rusia, es otro frente que hace parte del panorama para las elecciones de medio término.
Mientras todo esto ocurre, a nivel de los estados, situaciones de la división partidista, resultado de la accidentada justa presidencial de hace tan solo 2 años está tan actual como el mes de noviembre de 2020.
La división de cerca de 100 millones de votantes demócratas y mas de 80 millones de republicanos no se dirime de la noche a la mañana y las dos cámaras son el centro de atención de ambas fuerzas mayoritarias este año 2022. Dos años no han sido suficientes para estabilizar al país y el congreso ha dado grandes batallas que han llevado a que el gobierno de Biden no logre muchos de los objetivos esperados por el grueso de la población.
Queda entonces la gran expectativa de que los estados según el bastión del que se trate, den el respaldo a sus congresistas y que en casos específicos mantengan sus curules. El estado de Rhode Island, al igual que muchos estados en la nación ven cómo salen nuevos candidatos, no solo del mismo partido, sino aquellos que desean desbancar a quienes mantienen sus puestos en Washington por algunas décadas.
Incluso dentro del mismo partido demócrata hubo nuevos nombres que se presentaron en las primarias el pasado mes de septiembre. Ahora quedan los oponentes republicanos en busca de esas posiciones.
Las elecciones de medio término significan son duda la base de lo que será la contienda presidencial de 2024 y los electores deben ir preparando desde noviembre para lo que deparará el 2024 después de que se sepa como se conformará el nuevo congreso de los Estados Unidos. Todo lo anterior deja entender que el inquilino de la Casa Blanca, tiene un pié adentro y otro afuera y faltan dos años y ni siquiera el partido demócrata se atreve a mencionar si tiene figuras con un perfil que muestre que podrá lidiar con lo que se avecina a nivel nacional e internacional. La re-elección se ve cruda y solo esos dos años restantes nos darán la última palabra.
La contienda se presenta desde ya con tintes de sorpresas para este noviembre. La participación de los votantes en general debe ser más agresiva de lo que deberá ser en 2024, de los cambios en estas elecciones dependerá mucho del futuro nuestro. Por ello, conocer a quienes nos representarán y estudiar a conciencia cuál es la dirección que quieren para este país es nuestra responsabilidad. Estamos avisados.