La histórica aprobación del paquete de infraestructura el pasado 5 de noviembre puede ser un pequeño triunfo para una administración que continúa cosechando malestar entre los votantes.
Desde que la administración Biden sometió en marzo de 2021 al congreso en Washington una dupla de propuestas, Ley de Infraestructura y Plan de Gasto Social que estaba alrededor de $3,5 trillones en total, ello generó un gran terremoto de reuniones y análisis desde todas las facciones de los partidos mayoritarios que desembocó en claras contiendas al interior de los centristas, progresistas y las alas republicanas.
Los beneficios a largo plazo para los estados y en este caso para el Estado de Rhode Island es de gran valor. Como lo afirmó Sheldon Whitehouse(D) RI. Whitehouse aplaudió la aprobación de la Ley de Empleos e Inversión en Infraestructura en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
También recordó que esta aprobación garantizaría el envío de $1,7 mil millones a Rhode Island por los próximos 5 años, ello para construcción de carreteras y reparación de puentes.
La aprobación de esta ley de infraestructura se hará efectiva luego de la firma por parte del presidente Biden.
Ahora bien, otro de los grandes desafíos junto a la ley de infraestructura fue la propuesta del Plan de Gasto Social del gobierno Biden que significó una lucha encarnizada entre los partidos y las facciones al interior de cada uno de los grupos de la mayoría en el poder y de oposición. Este Plan de Gasto Social propuesto por Biden bien un costo de $1,75 billones de dólares.
La siguiente fase que debía ser en la semana del 15 de noviembre no se podrá realizar aún dado que los legisladores no estarán en Washington para dicha semana.
Los acontecimientos electorales recientes fueron un componente en la decisión tomada el 5 de noviembre. También impulsó a los centristas del partido Demócrata a comprometerse a votar el Plan Social. Sin embargo, la perdida de la gobernación de Virginia deja un claro mensaje de los votantes que encuentran en el partido demócrata mucho bla, bla, bla y poca acción. Los votantes republicanos y por que no, demócratas están dando señales a Biden y a su partido para que se pongan las pilas ya que las elecciones del medio término están en el horizonte y es hora de hacer un trabajo que cumpla con promesas de campaña que están siendo postergadas como siempre.
De la ley de infraestructura podemos rescatar que solo $550.000 mil millones de dólares de los 1,2 billones son gasto nuevo; sustancialmente menor que $2,25 billones de dólares presentado por el presidente en marzo. Comparando esta ley con la ley aprobada desde la conocida Recesión de 2008, se muestra más alta y ambiciosa. Queda en evidencia que el sentido conservador en el gasto se impone en medio del ambiente económico que vivimos.
Queda en evidencia que el gasto se le está controlando a esta administración y que las promesas también serían limitadas en su cumplimiento. Un resultado que conocemos los votantes en cada campaña electoral. Mucha bulla y pocas nueces.
Quedamos a la espera de la votación del Plan de Gasto Social en las semanas siguientes.