¿Y qué se espera dentro?
El año 2024 viene cargado de grandes desafíos para quienes se postulan a la presidencia de los Estados Unidos. Cuando se enumeran los temas cruciales que definirán la decisión de los votantes no se puede descartar aquella lista que realizan los conocedores y no la que elaboran los comités de campaña de cada candidato.
Este año dicha lista de prioridades está más caliente que hierro derretido y cada candidato está que se quema con sólo acercarse para tratar de manipular el orden de los deberes que los votantes ya tiene en su bolsillo de atrás hace más de 20 años.
Los entendidos en medios mayormente digitales, medios de opinión que hoy se cuentan por miles y muy por fuera de los medios hegemónicos y masivos. Los medios masivos que reciben y concentran los millones de dólares destinados a construir, reconstruir, y poner en cada pantalla al candidato que más pague desde el desayuno hasta el amanecer sin descanso.
Ya no se usan las sencillas encuestas que parecían ser la última palabra.
Ya los votantes contamos con muchos puntos de vista, encuestas para comparar y sobre todo, las apuestas que han resultado ser otro modo de quemar a los candidatos o de quemarse por apostar.
Volviendo a la lista de deberes y prioridades:
1- La economía: Ningún candidato puede venir con cuentos chinos de que la inflación está controlada. Mucho menos que nos lo vengan a decir a puertas de la elección. Una recesión dejó una inflación flotante y será controlada con medidas y con tiempo, no en forma mágica. Ningún candidato puede mentir en algo tan evidente como el castigo al bolsillo de la clase que ya no es clase media.
2- Crisis migratoria y de Seguridad: No sólo para aquellos que en la frontera sufren los cambios sociológicos, económicos y políticos por la falta de un gobierno que enfrente dicho problema. Desde la vice-presidencia, la presidencia, el congreso y algunas autoridades estatales y partidistas que han dejado por 4 años que este flagelo no sólo mine la frontera si no que se extienda a estados selectos y ni se inmutan. La relegada Reforma Migratoria sigue siendo un contentillo en cada elección.
3- Política exterior: Aunque los votantes sientan que están en una burbuja protegida contra una guerra interna, o incluso un ataque externo. La verdad es que los conflictos en ciudades grandes cada día escalan. Y fuera de las fronteras, Europa, Rusia, el Medio Oriente, y más allá en el Oriente; la realidad es que los Estados Unidos es parte activa de la evolución y de los resultados a corto y a mediano plazo.
Ese protagonismo del votante será evidente por los conflictos sin resolver en América Latina. Dejar cocinar los conflictos para beneficiar elecciones significa pólvora y especialmente los latinoamericanos conocen de ese sistema de dejar avanzar tiranías, malos gobiernos y apoyarlos económicamente y darles pequeñas palmaditas en la mano para que no sean a sí. Pero si, si son así, gobiernos corruptos, tiranos y nadie los baja con charlitas diplomáticas que no van a ningún lado.
Ese manejo de estas situaciones también exacerban los ánimos de votantes latinos que suman 60 millones en Estados Unidos.
4- Los temas controversiales: Como el aborto que son de incumbencia estatal de acuerdo a como sus residentes votan en sus distritos ya que a nivel federal la Corte Suprema dejó a los estados parte de la responsabilidad luego de haber terminado Roe & Wade en 2022. Era una ley que por 50 años otorgaba el derecho al aborto.
Este tema será crucial por la controversia que genera y no es menor el impacto que tendrá en la decisión de los votantes.
5- Empleo: El empleo real no empleo gubernamental, ni mucho menos empleo dependiente de agencias empleadoras sin beneficios.
Sin industrialización el empleo se vuelve la pareja de la educación. Dos rubros que a veces se van por diferentes caminos aunque se predique la promesa de educar, entrenar para avanzar en mejores empleos y ser competitivos.
La verdad es que falta mucho en esta materia y no todas las comunidades reciben ese crecimiento para sus comunidades. Se evidencia escasez de maestros, y bajo nivel de los mismos.
Revisadas estas prioridades, este año más que nunca los votantes estamos preparados para entender que las campañas no se presentan ni improvisadamente, ni contando con los votantes como si ya estuvieran ganados como una lotería, ya no pueden encubrir sus actuaciones pasadas que los persiguen, ni las actuaciones presentes ya que los medios digitales por encima de los medios masivos ventilan todas las historias.
El juicio del votante hoy está en el mejor momento dadas las condiciones de comunicación, dadas las condiciones económicas que hace 20 años ni imaginaban en los Estados Unidos.
El voto de 2024 marcará la historia de nuestra generación futura y será la mejor ya que hemos esperado mucho por las respuestas para conseguir el progreso a nivel interno. Seguimos esperando la verdadera administración que devuelva a nuestros hogares el ingreso real, el empleo real, empleo fijo.
Los votantes tenemos retos internos para salir adelante y ser parte de la solución, desde afuera también esperan cual será nuestra decisión.
¿Si no tenemos un país en orden, que podemos ofrecerles a los que nos esperan?