La buena noticia de la aprobación en la Cámara de representantes de Rhode Island de la Ley de Alfabetización Cívica”, llega un poco tarde y ya se han sufrido las consecuencias de dicho rezago legislativo.
La política en su ejercicio, las políticas públicas de poco fondo y duración, las desiciones de algunos políticos en ejercicio, y la forma en que los ciudadanos deciden su futuro son los escenarios en los que se evidencia la falta de educación cívica en nuestro estado, para no ir muy lejos a otros estados y al país donde esta ley de educación cívica no existe.
Parece que la laxitud en este tema fuera premeditada, ya que el que los aspirantes a servidores públicos por medio de la política encuentran que en lo único que se deben preparar es en politiquería para ser tenidos en cuenta por las maquinarias políticas que buscan en las caras nuevas y jóvenes a quienes sean buenos en politiquear y pobres en cívica.
Una verguenza para los políticos de larga data en nuestro estado, que nunca se han preocupado por que una ley como esta se aprobara en sus términos hace décadas. Verguenza por que no se puede exigir idoneidad, ética política o incluso respeto a las instituciones a las que se sirve en cargos públicos o de elección popular si no hay alfabetización cívica que recuerde a los ciudadanos los cimientos que dieron origen a este país y a sus instituciones.
A esta ley se le debe agregar artículos tales cómo, que quienes aspiren a servir en cargos públicos o de elección popular al menos conozcan y pasen un examen de Alfabetización Cívica.
También, al igual que se obliga a los aspirantes a ser ciudadanos de este país, a tener un examen muy riguroso para la obtención de la ciudadanía, que se obligue a esos mismos ciudadanos a que presenten prueba de su conocimiento y Alfabetización Cívica de los Estados Unidos a los votantes. Ya en varias oportunidades he expresado en estas editoriales la importancia de la responsabilidad social de los votantes que ejercen su derecho al voto sin ningún conocimiento del por qué y por quién votan.
Ni conocen cuál es el trabajo que realizarán en nombre nuestro. Y mucho menos, candidatos con esa preparación. Lo único que saben es que votan y piden al pueblo votar por la línea de tal o cual político que ya esté ubicado o que ya está asegurado de por vida en un puesto público; muy pocas veces se permite preguntar por qué, quien es quien, de donde viene y para donde va. Cuando alguien quiere preguntar es tildado de revoltoso o de disociador, o peor, tildado de que es de otro partido.
En este punto es bueno aclarar qué, la ley de Alfabetización Cívica.
Si esta Ley de Alfabetización Cívica logra operar en su escencia y la nueva generación de servidores públicos y electos ponen en práctica su conocimiento, es posible que se produzcan al menso algunos cambios en la típica manera de hacer política de nuestros latinoamericanos, quienes, a sus votantes les ofrecen política al estilo latinoamericanao, ya que sus votantes traen todos los vicios de la pobre educación cívica de los países de origen y de la rica politiquería amiguista de Latinoamérica. Y a los anglosajones parece que les ha ido gustando y algo han aprendido y no se han quedado atrás. Ahora se han fusionado, la fusión está de moda en comida, bodas, lengua y política. Pero la Alfabetización Cívica ni se fusiona, ni se ejerce en el país como debe ser.
Tuvo que ser una ley que obligara a que se exija esta educación a quienes se graduarán de la secundaria. Ojalá que quienes no tuvieron que cumplir esta Alfabetización Cívica, políticos, ciudadanos regulares, tomen voluntariamente este curso con los que se graduarán y que demuestren con hechos que quieren cumplir con una ley que nunca se les impuso.
El sentido de país se adquiere no solamente por nacimiento, también por acogida bajo los procesos de asilo, refugio y petición entre tantos de los procesos que existen.
Para quienes no somos herederos de los “Pilgrims” y colonos, pero que hemos aceptado a este país como nuestra casa, nos queda una responsabilidad unida a los derechos: el estudio y observación de la Alfabetización Cívica.
Para que nuestro paso por el país sea con conocimiento y reconocimiento del por qué estamos aquí. Aparte de que si deseamos participar en los procesos de cambio, en los procesos electorales o en las campañas que beneficien a nuestra población sin importar su origen, tengan una base de conocimiento de la fundación y los fundamentos de este país.
Sea que nos quedemos el resto de vida o que nos retiremos luego de un tiempo útil seamos socialmente responsables.