La sexualidad adulta contiene elementos en una interacción constante. Por ejemplo, si una mujer se siente satisfecha y orgullosa de ser mujer, es probable que se sienta más libre de sentir placer. Eso genera un ambiente de cercanía afectiva y sexual con la pareja y un clima de mayor confianza que a su vez repercute en las actividades personales o familiares.
A lo largo de los años me he preguntado, así como lo he escuchado de amigas, conocidas y familiares ¿Cuánto debo pesar para ser sensual o atractiva?, es natural que desde que nacimos nos han pesado y medido comparándonos con un ideal cultural, ese estereotipo que vemos en la televisión, redes sociales y en diferentes ambientes sociales en las que estamos expuestos día a día. Así que esa pregunta queda en con un mar de respuestas que crea confusión, y no responde aquella pregunta en sí.
Sin embargo, a casi todas las mujeres y me incluyo se nos ha hecho un lavado del cerebro en algún momento de nuestra vida acerca de lo que debemos pensar sobre nuestro peso y la forma de nuestro cuerpo. Así, generalmente partir de la adolescencia cada mujer vive con un peso ideal grabado en el cerebro; Esto nos ha llevado a constantes juicios, frustraciones, e incluso lidiar con nuestra autoestima, porque nunca vamos a tener el cuerpo perfecto y la idea de no llegar al “ideal” de belleza que está comercialmente expuesto, nos llena de estrés.
La revistas y las diferentes aplicaciones están llenas de información sobre dietas y peso, y sólo sirven para engancharnos en una obsesión permanente del peso y la comida, Derrochamos energía innecesaria hasta que finalmente encontramos el valor y la orientación necesarias para sentirnos que ese camino no va a ninguna parte, pero no es el caso de todas, no poder encontrar ese equilibrio y no poder trabajar, primero que todo emocionalmente y después racionalmente, ha traído consecuencias que se han visto reflejados en los extremos: una delgadez o un sobrepeso.
La mayoría de mujeres tenemos el cuerpo hecho para hacer más voluminoso que el ideal cultural. El cuerpo femenino consigue más grasa que el masculino, biológicamente es para asegurar las necesidades de crianza y lactancia durante la época de hambruna en el momento de la supervivencia.
Nuestro cuerpo y su peso son barómetros por los cuales la sociedad mide lo atractivas y valiosas que somos. Los cambios en la vida y en nuestro cuerpo son constantes, pero entender que son procesos que debemos atravesar, nos da la claridad de cerrar con creencias impuestas y lo más importante de todo nos da la capacidad de sanar, de tratar todo nuestro ser con amor, paciencia, sabiduría y respeto.
Así que para conseguir una salud de la sexualidad óptima es importante y necesario cambiar la forma programada de nuestro cerebro de pensar en nuestro volumen. Cuándo entiendes que lo más bello es el modo en el que piensas y te tratas, además como te muestras en la sociedad, y no por el hecho de complacer a otros sino, por el hecho de qué ya eres una mujer segura de sí misma, segura de su cuerpo, que entiende que puede mejorar y puede aprender a disfrutar ese viaje, ese PROCESO al amor propio, te da el poder de ser tan atractiva, sensual y sexual como desees.
¿Crees que, dentro de este camino de decisión, es posible cambiar esos constructores mentales sobre el cuerpo, los ideales y la sexualidad? Así que escríbeme a CreSerusa@gmail.com para poder leer tu historia, y recuerda seguirnos a través de Instagram Facebook cómo @CreSerUSA y a través de nuestros canales de podcast como CreSer Evoluciona