El Dr. Konstantin P. Buteyko era de Ivanitza una pequeña población en Ucrania; fue un hombre extraordinario quien hizo un par de descubrimientos trascendentales en el campo de la medicina que con el tiempo le generan muchos inconvenientes, pues estos estaban en contravía de lo que se determinaba como normal hasta ese momento de la historia de la medicina, algo así como en los años 50.
El Dr. Buteyko sufría de hipertensión vascular maligna algo que era para esa época daba al paciente algo así como 1 año de vida. Uno de sus trabajos en un hospital de Moscú era el monitoreo de pacientes terminales y durante este proceso el observó que la mayoría de ellos respiraban muy rápidamente, superficialmente y por la boca; entonces aquí el comenzó a investigar estudios anteriores de científicos como Henderson, Da Costa, Holden, Bohr y encontró basado en las hipótesis y su propia experiencia que la exhalación de dióxido de carbono de manera exagerada, genera una caída inmediata de oxígeno en la sangre, órganos y el cerebro y si esto se repetía de manera permanente se convertía en un ciclo de mala respiración, conocido como hiperventilación, en resumidas palabras el confirmó que la hiperventilación no era el resultado de otras enfermedades sino la causa de muchas de ellas.
Así de esta manera el mismo Dr. Buteyko comenzó a cambiar sus propios hábitos respiratorios y en un relativo corto periodo de tiempo, logró revertir su propia hipertensión vascular maligna en un 100% y continuó sus estudios científicos que le generarían muchos resultados con pacientes con asma y otras condiciones respiratorias, esto le trajo muchas alegrías pero al mismo tiempo muchos enemigos, pues la sociedad médica de la época no aceptó sus estudios durante muchos años pues lo que Buteyko sugería era algo demasiado sencillo basado en:
- Respirar nasalmente y no por la boca
- Respirar con el diafragma suavemente
- Y hacer cambios básicos en la rutina de vida diaria para complementar la recuperación.
Solo después de trabajar con miles de personas, perder su laboratorio ubicado en Siberia en donde desarrolló muchos estudios durante años, su convencimiento y resiliencia, fue hasta abril de 1980, tras pruebas realizadas en Leningrado, en el Primer Instituto de Enfermedades Pediátricas de Moscú, se reconoció oficialmente que el método de respiración Buteyko tenía una tasa de éxito del cien por ciento. Esta investigación fue dirigida por el Comité de Ciencia y Tecnología del Ministerio soviético.
El Comité de Invenciones y Descubrimientos de la URSS reconoció formalmente el descubrimiento de Buteyko en 1983 y concedió la patente titulada “El método de tratamiento de la hipocapnia” (certificado de autor nº 1067640 emitido el 15 de septiembre de 1983). Coincidencialmente, la fecha del descubrimiento que figura en el documento se remonta al 29 de enero de 1962. Su descubrimiento fue reconocido oficialmente veinte años después de haber sido realizado.
El método Buteyko se enseña en muchas instituciones en algunos países que eran parte de la Unión Soviética y con más de 50 publicaciones científicas que detallan la relación del oxigeno y el dióxido de carbono, sus estudios hacen parte de varias escuelas de medicina.
En los años 90s Sasha Stalmatski uno de sus estudiantes se fue a vivir a Australia y allí comenzó a enseñar el método a sus conocidos en Sidney y en 1995 el método se comenzó a utilizar en la Clínica Hale en el Reino Unido (Clínica inaugurada por el Príncipe Carlos).
El Dr. Buteyko el 2 de Mayo del 2003 partió de este mundo dejando un legado muy profundo e inspiracional, él venía de sufrir un accidente de automóvil, que lo limitó físicamente durante 10 años; estos últimos años los dedicó a la naturaleza y su vida espiritual, su cuerpo descansa en Feodosia, Crimea.
En la actualidad son miles de personas que han utilizado el método en varias partes del mundo pero aún se necesita de mucho trabajo educativo para que más gente lo conozca; la lucha constante de la medicina moderna en curar tan solo el síntoma y no la causa del problema, es un paradigma que se tiene que cambiar y ahora especialmente después de la anterior pandemia, la consciencia de encontrar soluciones naturales a nuestras enfermedades se ha extendido y la gente se está educando cada día más; mi pasión personal por enseñar el método sigue creciendo y la palabra jubilación no está en mi vocabulario, pues esto es algo que es una pasión gracias al ver resultados permanentemente.