Por: Gita Brown
Traducción: Jhon J. Cardona
EL ARTE DE MAGDA LÉON, EGRESADA DE RIC
“En Estados Unidos hablamos del Sueño Americano, pero el Sueño Americano sale caro para los inmigrantes.
~León
Existe un precio personal que pagamos al venir aquí”.
“Mis padres huían de la guerra civil en Guatemala cuando se conocieron en Rhode Island. Ahí se casaron”, cuenta Léon. “Cuando mi madre estaba embarazada de mí, a los siete meses volaron de regreso a Guatemala para que yo pudiera nacer en su tierra natal. Desde entonces, he estado yendo y viniendo entre Guatemala y los Estados Unidos. Por eso creo que los hijos de inmigrantes viven entre dos mundos”.
Estas son las palabras de Magda Léon, de 44 años, artista, esposa y madre de cuatro hijos, quien hace cinco años se inscribió en el programa de artes de RIC y en 2021 se graduó con una especialización en grabado.
Al repasar su vida como artista, recuerda haber descubierto su propósito cuando era tan solo una niña, mientras dibujaba en el piso de la cocina de su abuela en Guatemala. “Estaba usando un crayón para dibujar un corazón”, dice ella. Cuando finalmente pudo dibujarlo de la forma en que lo sentía en su interior, fue cuando hizo el descubrimiento de su talento, lo cual le cambiaría la vida. “Después de eso, estaba dibujando en lo que tuviera a la mano: pasaportes, paredes, todo”.
La temática de gran parte del arte de Léon es la experiencia de los inmigrantes, particularmente la experiencia de los hijos de inmigrantes. Cada una de sus piezas es rica el ethos: carácter, ambiente y estado de ánimo.
En su último año en RIC, a Léon se le facilitó un escenario público para su trabajo. Los propietarios de Aguardente, el restaurante más nuevo de Fox Point, le encargaron pintar una serie de cuatro murales que representaran la experiencia de los inmigrantes.
“Los dueños y yo somos amigos desde hace mucho tiempo”, dice. “Mi esposo y yo hemos viajado con ellos, y todos somos amantes de la cultura, la comida y el arte. Pero nunca antes había pintado un mural. Asumir este trabajo fue una gran responsabilidad, aunque una oportunidad única en la vida. Confiaron bastante en mí. Me dieron una gran plataforma para mi arte, lo cual ha significado el mundo para mí”.
De igual manera, Léon diseñó el logotipo y el menú del restaurante (una mezcla de cocina portuguesa y guatemalteca), y debido a su destreza culinaria, le pidieron que proporcionara recetas para los siete platos guatemaltecos. Encargo que completó para diciembre de 2021.
Los dueños del restaurante son inmigrantes de Portugal y el chef un inmigrante de las Azores. En última instancia, dice su sitio web, Aguardente es “un lugar para celebrar nuestra crianza colectiva en Portugal, Guatemala y las Azores, un lugar donde la comida, los espíritus y el arte cuentan las historias del hogar”.
Léon dice que su arte se inspiró en el trabajo del caricaturista político mexicano José Guadalupe Posada (1852-1913), quien publicó sus grabados en periódicos locales. “Su trabajo informó al pueblo mexicano, incluso a los analfabetos, sobre lo que estaba pasando políticamente”, cuenta. “Creo que el grabado es un medio que le habla a la gente”.
Entre sus técnicas realiza mucha impresión en relieve. La cual implica tallar una imagen en un bloque de material, aplicar tinta a la superficie del bloque y luego presionar el bloque sobre el papel para producir una impresión de la imagen. Las formas más comunes de impresión en relieve son la xilografía (grabados realizados con un bloque de madera), el linóleo (grabados realizados con una lámina de linóleo) y el grabado en madera.
En una serie de grabados en linóleo titulada “Flores entre muchas”, Léon representa a mujeres guatemaltecas en lo que ella llama “posturas de descanso”.
En “Soy tu corona”, una mujer usa un vestido completamente adornado con flores junto con una corona de flores.“Está descansando en su propia historia”, explica Leon. “Ella está descansando en su propia belleza, te mira directamente, con orgullo, como si dijera: ‘Esto es lo que soy y estoy descansando en ello’”.
Aunque el arte de Léon refleja la realidad de la vida en Guatemala, reconoce que nunca encajará por completo en su cultura. “Para los guatemaltecos soy alguien que dejó su cultura, soy ‘la americana’. Sin embargo, tampoco encajo completamente en la cultura estadounidense, teniendo el inglés como mi segundo idioma”.
“Los hijos de inmigrantes nos encontramos en este espacio intermedio”, dice, “conectados pero desconectados al mismo tiempo. El único espacio donde me siento completamente en casa es con otros hijos de inmigrantes. No importa de qué país venimos, compartimos algo en común. Vivimos en este mundo intermedio”.
Léon expresa que ese estado intermedio le ha permitido apreciar y sentir el dolor de las familias que están separadas. Pues en muchas ocasiones alguien de la familia tuvo que irse para mantener al resto. Maridos que tenían que dejar a sus esposas y cuyos matrimonios nunca volvieron a ser los mismos; incluso padres que dejaron a sus hijos. “Hay dolor, un dolor que no se expresa ni del cual se habla. También está la culpa que sentimos al saber que nuestros padres se sacrificaron tanto”.
“En Estados Unidos, hablamos del Sueño Americano, pero el Sueño Americano es muy costoso para los inmigrantes”, dice. “No es gratis. No es fácil. Hay un precio personal que pagamos al venir aquí, pero sabemos que lo hacemos por la supervivencia de nuestras familias”.
En otro linograbado titulado “Golden Banana”, Léon compara la exportación de bananas con la exportación de hombres.
“Guatemala es conocida por sus bananos”, explica. “Si lees la etiqueta de un banano en el supermercado, lo más probable es que venga de Guatemala. Exportamos banano de la misma manera que exportamos hombres. El hombre en este linóleo es uno de los ‘plátanos dorados’ que se exportan a Estados Unidos”.
De hecho, Estados Unidos siempre ha sido una nación de inmigrantes, de todas las razas, religiones, etnias e identidades sexuales. Sin embargo, históricamente, siempre ha habido antagonismo hacia los recién llegados. Por un lado, la Estatua de la Libertad proclama que cualquiera puede ser estadounidense; sin embargo, por otro lado, estereotipamos y tratamos a cualquiera que desembarque en estas costas como algo que no es estadounidense. La promesa de la Estatua de la Libertad y el espíritu positivo del Sueño Americano se perdieron de alguna manera.
En un poema escrito por Léon para acompañar su serie de murales, se percibe el dolor que siente un inmigrante al dejar a un ser querido:
Esta es una historia de amor indocumentada.
Comienza con un sueño, aunque termina en contradicción.
Profundos los jadeos que salen de mi alma cuando recuerdo tu rostro, rodeado por el alba.
Adiós. Te veré pronto, si nada cambia. Porque la vida a veces nos lleva por caminos llenos de ira.
Adiós. Te veré pronto.
Si la vida es sabia, entonces, esta bendita y larga distancia no se convertirá en nuestro fin.
Después de completar su comisión el mes pasado, Léon comenzó a postularse a escuelas de posgrado para obtener una maestría en grabado. “Estoy interesada en transferir mis estampados a tela. Me gustaría hacer ropa indígena con patrones o imágenes que cuenten la historia de la experiencia del inmigrante”, dice.
Léon es una artista que trabaja en las primeras horas de la noche, cuando la casa entra en su propio sueño. Donde cada nueva pieza nace desde su emoción en lugar de una forma o imagen específica. Una emoción que se mueve entre sus dedos, esculpiendo la historia de su pueblo.