Por: Gita Brown Traducción: Jhon J. Cardona
La profesora Sherri Cummings, historiadora y directora de participación comunitaria de la Sociedad de Patrimonio Afro de Rhode Island (RIBHS por sus siglas en inglés) en Rhode Island College, está impartiendo un nuevo curso titulado: La experiencia afro en Rhode Island; como una forma de presentar, durante visitas guiadas, una colección de archivos a sus estudiantes y enseñar sobre la historia afrodescendiente, una mirada de primera mano sobre cómo era la vida de las personas de ascendencia africana en nuestro estado.
Durante nuestra visita, en una de las cuatro habitaciones llenas de artefactos, Cummings se detuvo para levantar un par de grilletes de esclavo de un estante y resultó escalofriante pensar que este hierro alguna vez estuvo alrededor de los tobillos de un pequeño.
Dicho artificio le permitió a Cummings entender el sentimiento de horror que este invocaba. “Los historiadores que trabajan en temas de esclavitud siempre hablan de que tan violentos pueden ser estos archivos”, dijo. “Cada vez que entramos a él, estamos reviviendo esa violencia, porque literalmente estamos asimilando una horrible historia tras otra. Sin embargo, como historiadora, también es importante para mí mostrar que las personas de ascendencia africana no solo fueron víctimas, pues estoy interesada en su vida cotidiana: qué hacían, qué comían, qué compraban, qué vendían, qué objetos diarios utilizaban”.
Cummings expresa que siempre ha sido a través de la gente blanca que hemos visto la historia de los afrodescendientes en los Estados Unidos, y que a menudo se les recuerda vestidos con harapos. “Estas son las prendas reales que usaban las mujeres afro en Newport y Providence a principios de siglo. Ellas eran generalmente costureras, lavanderas y peluqueras. Eran personas productivas que trabajaban para sus comunidades. Tenían sueños, esperanzas y sus propias realidades, lo cual está integrado en su cultura”.
Entre los muchos artefactos como revistas, películas de 8 mm, diapositivas y documentos legales de un destacado abogado afro de derechos civiles, también se puede encontrar una edición de 1895 de The Freeman, el primer periódico afro ilustrado en los Estados Unidos (1884-1926), integrado únicamente por artistas y escritores afrodescendientes. Un periódico que les permitió contar sus propias historias y poseer sus propias imágenes, reemplazando la percepción blanca sobre los afrodescendientes.
Cuando se le preguntó a Cummings su respuesta a los críticos de hoy que dicen que no quieren esta historia en el salón de clases, respondió: “No la quieren en el salón de clases porque no quieren herir los sentimientos de los niños blancos. Pero si a los afroamericanos solo se les presenta como esclavos que no han aportado nada a la sociedad, no solo se hieren sus sentimientos; eso ayuda a excluir el valor de un niño o niña afro”.
Muchos de los artículos que forman parte de esta colección, aún están siendo categorizados, inventariados y digitalizados, lo cual será de beneficio también para los estudiantes de posgrado que estén interesados en la historia pública y los estudios de museos.
“El objetivo es que la comunidad de Rhode Island entre y vea lo que hay aquí. Hay personas en Rhode Island que probablemente nunca han escuchado de la historia afro de Newport o que no conocen el legado de la historia de los nativos estadounidenses y los afroamericanos en el sur de Rhode Island”, recalca.
Para obtener más información sobre visitas guiadas, llame al (401) 343-2620.