Vivimos en una época en la que los valores tradicionales y la formación desde el hogar están siendo desafiados como nunca antes. Un tema particularmente controvertido es la ideología de género, un concepto que, más allá de la discusión académica, está encontrando su camino en las aulas y espacios educativos dirigidos a niños y adolescentes. Este fenómeno plantea serias preguntas sobre cómo se forman las identidades de género y las consecuencias de imponer ideas complejas y, en muchos casos, confusas a mentes jóvenes que aún están en pleno desarrollo.
A nivel neurocientífico, el cerebro infantil y adolescente es extremadamente plástico, lo que significa que es moldeable y susceptible a las influencias externas. Durante los primeros años de vida, las experiencias, los vínculos emocionales y los entornos familiares juegan un papel crucial en el desarrollo del cerebro. Sin embargo, cuando estos factores son reemplazados o dominados por mensajes externos inconsistentes, como los que muchas veces promueve la ideología de género, se corre el riesgo de generar confusión, ansiedad y problemas de identidad. A nivel emocional, la imposición de ideas que no están alineadas con el contexto familiar puede crear un conflicto interno en los jóvenes, afectando su autoestima y su capacidad para tomar decisiones basadas en principios claros.
Un aspecto preocupante es que muchos padres han delegado casi por completo la educación en valores a las instituciones educativas, lo que deja un vacío en el hogar. Las escuelas, aunque importantes en el desarrollo académico y social de los niños, no pueden sustituir el rol insustituible de los padres como primeros educadores. Este vacío es aprovechado por sistemas que buscan moldear las mentes de los jóvenes según una agenda específica, ignorando que el desarrollo de una identidad sólida requiere una base de valores claros y consistentes desde el hogar.
La imposición de la ideología de género no solo puede ser confusa para los niños, sino que también puede tener efectos perjudiciales en su desarrollo sexual y psicológico. Los estudios muestran que la exposición temprana a conceptos complejos relacionados con el género, especialmente cuando no están respaldados por una base de seguridad emocional y comprensión, puede generar una desconexión con el cuerpo y con las emociones. En el peor de los casos, esto puede llevar a la insatisfacción corporal, la ansiedad y, eventualmente, a trastornos relacionados con la identidad.
Como padres, es vital entender que la educación comienza en casa. No basta con confiar en que las escuelas enseñarán lo mejor para nuestros hijos. Es necesario involucrarse activamente en sus vidas, escucharlos, guiarlos y enseñarles valores sólidos que los ayuden a tomar decisiones informadas. Esto no significa ignorar por completo los temas de género, todo lo contrario abordarlos desde una perspectiva equilibrada, científica y basada en los principios que cada familia considere esenciales, es la clave.
Si tu hijo o hija está expuesto o inmerso en la corriente de la ideología de género, aquí tienes cinco recomendaciones para abordar este aspecto de manera saludable:
- Escucha activa y comunicación abierta: Crea un espacio seguro donde tus hijos se sientan escuchados sin juicio. Pregunta qué piensan, qué sienten y qué información han recibido. La clave es entender su perspectiva antes de ofrecerles orientación.
- Educa con información clara y científica: Proporciona a tus hijos una comprensión sólida sobre el desarrollo humano, las diferencias biológicas y los aspectos emocionales y psicológicos relacionados con el género. Ayúdales a distinguir entre hechos científicos y opiniones.
- Refuerza los valores familiares: Habla con tus hijos sobre los valores que rigen tu hogar y cómo estos les ayudarán a formar una identidad sólida y coherente. La coherencia entre lo que se vive en casa y lo que se enseña es fundamental.
- Fomenta el pensamiento crítico: Enséñales a cuestionar la información que reciben, especialmente en redes sociales y en el entorno escolar. Ayúdales a discernir qué es útil, verdadero y alineado con sus propios valores y creencias.
- Busca apoyo profesional cuando sea necesario: Si sientes que la situación está generando demasiada confusión o conflicto en tu hijo o hija, no dudes en buscar ayuda de especialistas en neurociencias, psicología y educación, que puedan ofrecer una guía objetiva y basada en la evidencia.
Además, es importante recordar que, en este proceso, los niños necesitan desarrollar habilidades sociales y emocionales. Las actividades fuera de casa, como jugar en el parque, participar en actividades recreativas o simplemente interactuar con otros niños en un entorno saludable, son esenciales para su desarrollo. La exposición excesiva a las pantallas puede alejar a los niños de estas experiencias fundamentales, reduciendo su capacidad para establecer vínculos saludables y su empatía hacia los demás.
Las fiestas navideñas, que están a la vuelta de la esquina, son un momento ideal para reflexionar sobre cómo estamos criando a nuestros hijos. En lugar de inundarlos con estímulos y regalos materiales, podemos usar este tiempo para fomentar actividades que promuevan la interacción familiar, el pensamiento crítico y la reflexión. La crianza consciente requiere un esfuerzo deliberado, pero los beneficios a largo plazo son incalculables.
En última instancia, la pregunta que cada padre debe hacerse es: ¿Qué tipo de adultos queremos que sean nuestros hijos? ¿Queremos que crezcan con principios sólidos, capaces de navegar por un mundo complejo, o queremos que sean moldeados únicamente por las influencias externas?
Recuerda que no estás solo en este viaje. En CreSer Evoluciona, contamos con profesionales que pueden ayudarte a encontrar opciones para una crianza saludable y consciente. Te invitamos a seguirnos en redes sociales como @creserusa y en nuestros podcasts para más contenido sobre educación, crianza y desarrollo infantil. Construyamos juntos el futuro que deseamos para nuestros hijos.