No Más Pánico desde los Medios
Desde los medios debemos enfocarnos en campañas de educación y apoyo a las comunidades menos favorecidas, no crear pánico difundiendo noticias sin fundamento.
Las nuevas medidas del gobierno Trump tienen en vilo a muchos estamentos de la sociedad.
Agencias gubernamentales, agencias privadas, organizaciones religiosas, autoridades municipales, estatales y federales viven un momento de confusión.
Entre la obediencia que se le debe a las órdenes superiores, muchas de esas órdenes fundadas en la constitución y la ley; otras, ligeramente separadas del mismo derecho y otras que visiblemente demuestran un abuso excesivo de la ley, se presenta una situación difícil de manejar.
Especialmente cuando el enfoque está en una comunidad que por su mayoría representa un peligro por el avance de un cambio étnico y cultural de una nación reconocida por la diversidad desde su fundación.
Pero ya, cuando el curso de la constitución otorgó el poder a un partido y a un presidente del corte de extrema derecha, entonces ¿Qué le queda a la población, a los representantes del partido perdedor, a las autoridades de los estados que ostentan el poder demócrata, que se ha auto-proclamado defensor de los derechos de los más débiles o sin voz?
Creo firmemente que es la oportunidad para que con la mayoría de los votos populares se haga sentir y que ayude con campañas de educación y demuestre ese espíritu de defensa. Es hora de rebatir las noticias y las cifras que los medios irresponsablemente difunden sobre nuestra comunidad latinoamericana.
Desde los puestos de los congresistas, senadores y autoridades se debe divulgar los verdaderos números tanto de indocumentados de origen latinoamericano, como los de origen europeo, asiático y africano y demás países de la tierra. Con esto podríamos impactar a las autoridades de inmigración para evitar el perfil racial que se está avecinando.
Los residentes con estatus legal vamos a sufrir de igual modo tales tratos, si es que desde ya los medios latinos, las agencias y las autoridades que nos representan no inician esa campaña para exigir que el cumplimiento de la ley se de con justicia y respeto y que se aplique el acuerdo entre autoridades y ciudadanía que exige la no utilización del perfil racial por parte de la policía.
Medios locales se dedican a repetir titulares de medios nacionales o internacionales que no ayudan en nada a mantener un ambiente de tranquilidad y orden para enfrentar las nuevas medidas y el enforzamiento de las leyes.
No destacan la necesidad de comenzar una verdadera cadena de apoyo, educación y distribución de información útil para el día a día. Solo se repite y se repite.
Los medios latinoamericanos hacemos más para ayudar a nuestra comunidad al no repetir esas noticias amarillistas de los medios nacionales, que sacando noticias de las redadas en estados con mayoría latina, ponen en jaque a toda la nación.
El gobierno, al realizar estas campañas de búsqueda de personas con antecedentes en estados con alta población y al tener a los medios de comunicación replicando dicha información hacia estados con menor población, logran el objetivo, asustar a toda la población en general. Incluso, neutralizan las campañas de educación, dado que por miedo la comunidad no sale ni se reúne.
Por lo tanto, repito que los medios locales tenemos desde ya la responsabilidad de buscar la información con las autoridades y representantes electos para que den un parte de tranquilidad, unas declaraciones de su compromiso para defender a quienes los hemos elegido. Con nuestro voto no solo ejercemos el derecho de voto y de opinión, también el derecho a pedir que se cumpla la ley correctamente. De esa forma, las personas que no tienen documentos, recibirán un trato acorde a la ley.
Pero si no logramos que los pocos medios de comunicación existentes, los políticos, que son muchos y que tanto nos agobian con sus cartas antes de sus elecciones, se unan y hagan las campañas necesarias para educar y mantener la calma, entonces ¿Que esperanzas nos quedan?
Al igual que un desastre, una calamidad económica, hoy vivimos una calamidad social y veo pocos esfuerzos para enfrentarla.
Este es el momento de saber quien es quien en el poder, en los medios, en las iglesias y en las agencias de ayuda a los latinoamericanos.
Por favor no más especulación ni repetición de mala información. No permitamos que 50 años de presencia de la comunidad latinoamericana en el estado y de sus aportes con 150 mil hispanos en Rhode Island se vaya a la basura. Seamos ejemplo de organización y eduquemos en vez de repetir como loros lo que los medios norteamericanos y los irresponsables grandes medios
colocan como primera plana, sin entrar en la verdadera información que nos ayudaría a conllevar el momento actual.
Desde ya debemos comenzar a divulgar todo aquello que nos ayude a cumplir la ley y a defendernos cuando esta no sea aplicada correctamente.
Asuntos como:
- La autoridad no siempre aplica la ley con el reglamento, debemos conocerlo para un trato justo.
- Muchas veces creemos que la ley norteamericana se parece a la latinoamericana, un grave error.
- La autoridad no conoce nuestra cultura y en muchas ocasiones esto impide un procedimiento adecuado.
- No somos la única comunidad que tiene indocumentados.
- Hay leyes que prohiben el perfil racial.
- Hay un alto número de familias en espera del proceso de sus familiares dentro y fuera del estado.
- Aquellos que llevan más de dos años en el país sin documentos no pueden ser expulsados inmediatamente.
Autoridades pueden intervenir en casos humanitarios y debieran hacerlo ahora meas que nunca. Los procedimientos bajo la ley de las agencias de ICE y Policía tienen un debido proceso y la comunidad ni lo sabe. Por ello muchos procedimientos ocurren en contra de la comunidad por falta del conocimiento de la ley.
Y podríamos estar aquí escribiendo muchos aspectos que se deben tratar cuanto antes. Un llamado a los involucrados en esta calamidad social para que empecemos la tarea de enfrentarla.
Especialmente un llamado a los colegas, no más amarillismo, no le hagamos el coro a los titulares que nos dañan.