Para quien lleve más de 10 años en el estado de Rhode Island debe ser muy fascinante ver la vida del empleado público y de los mal llamados líderes políticos de papel, de foto y de redes sociales.
Sobre todo cuando observamos con cuidado los tiempos como se manejan las campañas políticas versus los tiempos que los representantes electos ocupan trabajando para representarnos y realizar las promesas que se escriben en papel cada 2 años, o cada cuatro años. Esas promesas impresas en papeles brillantes y que se envían a nuestros buzones pagados con el dinero que donamos para que nos los envíen vía correo. O sea, pagamos para ver la foto y la lista de promesas que se repiten cada período. Pero nunca imprimen en esos mismos papeles brillantes la lista de cumplimiento o logros en el período que les dimos.
Pagamos para no verles la cara y para que no tengan que responder de frente por que nunca dan un reporte de la gestión en cada período. Solo para pedir el voto a veces aparecen.
Por el contrario como el estado es el mayor empleador, la fila para obtener un puesto ya sea de elección popular o de nombramiento es interminable. Y aquellos que logran enchufarse, se anidarán allí para siempre, de eso no cabe duda. Solo si meten la pata bien profunda, posiblemente sus colegas no los ayuden tanto y los dejen a la desgracias solos y tendrán que irse hasta del estado. Y si pierden, se pegan a la falda del ganador y vuelve y juega.
Pero como no existe ningún organismo entre los votantes o entre la comunidad que trabaje como un grupo de revisión de quienes nos representan, esto hace que los enchufados ni se inmuten por ofrecer reportes o por dar cuentas de sus labores en los diferentes puestos públicos. El miedo de ser un grupo de votantes fiscalizador supera la frustración de encontrar una política igual a la de cualquier país sub-desarrollado, hasta se imitan acá. Y los organismos que son los famosos edosadores (Que se dicen llamar endorsadores con “r”) solo hacen las listas de sus amigos y no les da vergüenza llamarse representantes no partidistas de los votantes, pero solo endosan a los de un solo partido.
Estamos en septiembre de 2021, hace meses los candidatos están alebrestados y ya poca atención le prestan a sus trabajos regulares. El brillo de un puesto más alto, con mejor salario y con mayor reconocimiento está en la mira. Ni se duerme pensando en como es que se conseguirán los fondos y los voticos. Los empleos que obtuvieron hace menos de dos años ya les cansaron, ya les aburre.
Para 2022 las elecciones de medio término a nivel nacional estarán que arden, ya que la lucha por la cámara y el senado en Washington está caliente. Y en nuestro estado la cosa no está sencilla.
Los diferentes grupos demócratas, que pareciera ser los mismos, pero distintos, están haciendo sus apuestas para cambiar a un gobernador que ascendió por la normatividad del abandono del puesto de Gina Raimondo. Esa falta de elecciones regulares han desatado un manantial de aspirantes a ese puesto gubernatorial. Y ese remesón, estilo terremoto ha desbocado a todos para ganarse el favor de los votantes.
Nadie está contento donde está, todos van contra todos, y los votantes, juegan al jueguito del cambio; sin darse cuenta que nada cambia, todos seguimos esperando una lista de cosas como: Crearemos empleo (Yo diría para ellos mismos), haremos carreteras (Ya están hechas desde 2014 cuando Obama junto al Director del Comité del Transporte firmaron la Ley del Transporte de Washington, que ordenó arreglar todos los puentes, las autopistas y carreteras rurales y urbanas de todo el país, después de los desastres en Pensilvania y otros lugares) Ya estamos viendo esos arreglos desde el 2014 y aún seguirán hasta el 2022. Solo para Rhode Island fueron aprobados 1.5 Billones para tal efecto. Bien y así sucesivamente las promesas son el estribillo aburridor y aturdidor.
Pero a nivel de las ciudades y pueblos es más curioso el ambiente, el olor a fiesta electoral es notorio, ya que parecen vivir en otro mundo y sin fiesta las campañas como que no pegan. Y los candidatos salen de cuanto rincón y se presentan como los nuevos salvadores, como si no hubiera mañana y lo que ofrecen es un sin sentido, las problemáticas sociales, la situación económica mundial, los tiroteos que nunca pararán, y la venta de un mañana próspero como la panacea para que creamos en ellos. Y si el gobierno anterior esta un poco descuidado, ahí le caen como buitres. Esto último ayuda a crear los conflictos entre partidarios; es lo es lo único que se escucha y atiza el fuego para entretener y pensar que si no se elige a otro el mundo se acabará.
Pero la única verdad es que llevamos 35 años y otros llevan más y no han visto si no un chispero, nada se ha cumplido y el estribillo de promesas impresas en papel brillante es lo único que nos queda en el correo y en la cabeza. Los que ya pasaron página están tan cómodos y ni se acuerdan cuando prometieron de todo y lo único que hicieron fue recibir ese salario que nunca falla, mientras que los votantes están aún con sus mismos problemas, con sus mismas deudas y con el mismo cuello cansado de ver pasar las caras de los elegidos. Y las redes sociales fabricando candidatos fashion para seguidores fashionistas. La realidad virtual acabó con las conciencias.