En medio de el largo proceso que Donald Trump está viviendo con grandes altibajos y decisiones encontradas en cada corte donde se está llevando a cabo juicios conocidos por todos en la unión americana; salen los republicanos desde el semestre pasado con la propuesta de un juicio político al actual presidente Joe Biden.
Este mes de septiembre los los republicanos fijan fecha para la primera audiencia de juicio político a Biden.
Esta primera audiencia de investigación para continuar con el juicio político fue confirmado por el comité de Supervisión de la Cámara Baja.
La audiencia convocada para el 28 de septiembre se enfocará en asuntos constitucionales y legales, ello en torno a las denuncias de participación del presidente Biden en los negocios turbios de ultramar de su hijo Hunter Biden, según un vocero del comité de Supervisión de la Cámara Baja, días antes del segundo debate presidencial y a pocos meses de las elecciones primarias.
Los republicanos, encabezados por el presidente de la cámara, Kevin McCarthy, sostienen que las acciones de Biden desde que era vicepresidente revelan una “cultura de corrupción”.
El comité del Partido Republicano prevé emitir órdenes de entrega de los registros bancarios personales y de negocios de Hunter Biden y del hermano del presidente, James Biden, la semana próxima.
“Los republicanos de la Cámara de Representantes han descubierto acusaciones serias y creíbles sobre la conducta del presidente Biden. En conjunto, estas acusaciones pintan un cuadro de una cultura de corrupción”, dijo McCarthy en comentarios preparados desde Washington.
El representante James Comer (R-KY.), presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, está ayudando a dirigir la investigación.
La Casa Blanca ha dicho que las gestiones de los legisladores republicanos en medio de la campaña electoral para las elecciones primarias entre febrero y junio de 2024 presidencial constituyen “política extremista de la peor especie”. Sin embargo, la investigación por parte de los republicanos en el Congreso, esto no es ni remotamente comparable con el brutal acoso político que realiza la administración Biden contra el presidente 45 de Estados Unidos, Donald Trump desde que dejó el poder; y mucho antes también durante su mandato, quien tuvo que enfrentar dos intentos de juicio político y destitución por parte de la izquierda y la extrema izquierda bajo la obsesión de la ex-líder de la Cámara Baja, Nancy Pelosi y los radicales. El expresidente Donald Trump fue acusado dos veces, pero fue absuelto en ambas ocasiones.
James Comer y otros republicanos descubrieron que el presidente habló repetidamente con socios comerciales de Biden, incluso en cenas en el Café Milano de Washington. También confirmaron que el presidente Biden envió correos electrónicos bajo seudónimos cuando era vicepresidente, incluidas cuentas que correspondían con el Sr. Biden. El Sr. Biden, otros miembros de la familia Biden y sus asociados recibieron más de 21 millones de dólares, principalmente de extranjeros, mientras era vicepresidente en el gobierno de Barack Hussein Obama.
Según la Constitución de Estados Unidos, la Cámara puede presentar cargos de juicio político contra el Presidente u otro funcionario y una mayoría simple puede destituirlo. Luego, el Senado considera los cargos en un juicio político, pero la Cámara Alta se encuentra bajo dominio de los demócratas lo que hace casi imposible la destitución, pero que sí será constancia de la pesquisa y se registra en el récord público del mandatario. Más de un 70%, incluso entre los demócratas, desaprueba la gestión de Joe Biden y los demócratas en medio de un país envuelto en crisis creadas por ellos mismos desde el primer día en la Casa Blanca.
Los demócratas han argumentado que el caso contra Biden se burla de la seriedad del juicio político y era simplemente un intento de distraer la atención del expresidente Donald Trump, quien ha enfrentado dos juicios políticos y ahora es acusado de acaparamiento de documentos clasificados en virtud de la Ley de Espionaje.
“Estamos presenciando una generación de republicanos que están mucho más dispuestos a poner a prueba los límites de cuánto se puede utilizar el proceso como arma”, dijo Julian Zelizer, historiador y científico político de la Universidad de Princeton.
El procedimiento se desarrolla en dos etapas en primer lugar, la Cámara de representantes vota, por mayoría, los artículos en los que se detallan los cargos imputados al presidente: es lo que en Inglés se denomina “impeachment”. En caso de acusación, el Senado, Cámara Alta del Congreso, lleva a juicio al presidente.
Al término de los debates, los cien senadores votan cada artículo. Se requiere una mayoría de dos tercios para condenar, en cuyo caso el juicio político es automático y definitivo.
En caso contrario, el presidente queda absuelto.
Hasta ahora, nunca un presidente ha sido destituido un juicio político en la historia de Estados Unidos.
Tres fueron acusados: Andrew Johnson en 1868, Bill Clinton en 1998 y Donald Trump en 2019 y 2021. Pero todos fueron finalmente absueltos.
Richard Nixon prefirió dimitiera 1974 para evitar una destitución segura por parte del Congreso debido al escándalo Watergate.
El Senado de Estados Unidos es†ea en manos de los demócratas, lo que hace también muy improbable una destitución de Biden.
¿Cuáles son las razones de por qué ahora?
El ala Trumpista del partido Republicano lleva presionando para la destitución del presidente Biden desde su elección.
Tras obtener la mayoría en la Cámara de Representantes a principios de enero, los republicanos iniciaron una serie de investigaciones parlamentarias sobre el entorno del líder demócrata.
Estos legisladores dicen que han identificado acusaciones graves y creíbles sobre la conducta del presidente Biden, lo que constituye ahora la razón para abrir esta investigación de impeachment, declaró si líder, Kevin McCarty.
McCarty, presidente de la Cámara de Representantes tuvo que hacer numerosos compromisos con el ala Trumpista de su partido para acceder al poder en enero.
Sin embargo, corría el riesgo de “ser reemplazado como presidente de la Cámara” si no aprobaba esta investigación, reclamada desde hace tanto tiempo, explicó a la AFP el analista político Larry Sábato.
Los demócratas, por su parte, acusan que este procedimiento se realiza con fines políticos, cuando falta poco más de un año para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Los republicanos hicieron de la Cámara de Representantes “una sucursal” de la campaña de Trump, declaró el equipo del presidente Biden, candidato a la re-elección.
Observando este panorama, los votantes están muy atentos a este desarrollo, por que si bien, las intenciones políticas y electorales de este juicio político saltan a la vista, no es menos cierto que la política de los Estados Unidos ha cambiado diametralmente desde cada partido mayoritario.
Los extremos son claros y los votantes se han dejado llevar de esa corriente. Los estados en su naturaleza han cambiado sus estructuras políticas y según sea el estado han cambiado su forma de hacer política local para congraciarse con el ambiente caldeado de Washington.
Las elecciones locales en los estados azules lucen extremistas, aquellos que luzcan moderados encuentran que los demás candidatos no se sonrojan cuando en sus anuncios políticos de campaña se muestran extremadamente progresistas, feministas o defensores en extremo de la ideología de género o de los derechos reproductivos.
Y en los estados rojos, los candidatos explotan sin miedo los temas migratorios, los idearios extremos de conservatismo, proteccionismo y frontera.
Pero la economía, un tema más importante no es tocado para nada en ninguna de las dos facciones. La realidad de una inflación que cada día envía más estadounidenses a la calle, el desborde de las sobredosis y sus causas, esto se toma con suavidad y no son una bandera de campaña, parece un tema tabú y la verdad es que los votantes estamos lidiando con ello cada día, mientras que los políticos no se preocupan ya que los puestos son su objetivo. Mientras sus salarios suben y están seguros, cada elección los votantes miramos para el páramo sin saber lo que vendrá.
Este juicio será igual a los que ya se vivieron con Trump, es como un toma y dame y así las campañas presidenciales estarán plagadas de extremismo, de acusaciones y la cuerda no aflojará hasta las presidenciales. Ese día. Los votantes de ambos bandos mayoritarios tendrán razones para calentarse y salir enojados a votar con la emoción por tantos trapitos que han sido secados al sol. Y la situación no cambiará, solo de partido, por que la lucha de los votantes por sobrevivir seguirá como una proeza mayúscula y nunca premiada ya que la facilidad de un puesto o salario de un puesto público no se compara co la lucha de una inestabilidad económica que cada ciudadano común tiene que enfrentar.
El mejor empleador es el estado, por ello alentamos a las generaciones futuras a que se pongan las pilas a reemplazar a tantos de los que ya han chupado d ella teta del estado y que dejen la puerta giratoria para que otros ciudadanos puedan entrar a las mieles de la función pública o incluso de la política.
La primarias locales por el reemplazo de la posición dejada por David N Cicilline como Representante al Congreso de Estados Unidos por Rhode Island ya dieron un campanazo, los votantes no hispanos dieron una lección política con la forma en que votaron a Gabe Amo. Nuestro grupo de candidatos y seguidores de los latinos ahora con los números saben que su puesto esta en venta y que en las próximas elecciones de medio término sacarán la cabeza otros para competir. Esta elección especial sirvió para recordar que podemos cambiar de ofíciales electos, también dejó claro que todo tiene su límite y que hay que cumplir con los plazos y no hacer como el perrito que iba con su huesito y al mirarse en el río y soltó el huesito para coger el reflejo. La moraleja ya la sabemos.
El hecho de que al optar por esta oportunidad no se pierda la posición no es óbice para creer que se sale inmune de una candidatura fallida. Los votantes no somos ciegos, no todos. La autocrítica en este momento debe ser la disciplina de nuestros candidatos y no sólo la consolación de haber participado. Esto no es una carrera o maratón de barrio. Los resultados deben revisarse y analizarse con atención, y darle la importancia como lo es la de ocupar una posición de elección popular que ya había dado sus resultados en noviembre de 2022 y que demanda resultados para los votantes.
El que expone su título se expone y eso se cobra en la próxima elección. Saber de política no es dejarse llevar, tampoco es hacer política al estilo países latinos acumulando cuando ya se tiene un puesto de representación. La política en nuestro estado es bien compleja y el Distrito 1 enseñó muchas lecciones este año, hay un 60 por ciento de votantes en el estado que no esta afiliado o que no pertenece al partido Demócrata, ello envía un mensaje a cualquier candidato que quiera corre en el futuro. No basta con los miles de endosos de políticos viejos en el estado o el endoso de algunos sindicatos u organizaciones, hay que convencer al electorado ya que los directivos de dichos grupos o PAC no pueden obligar al voto secreto a que sea igual como borregos. El voto es secreto, individual y honroso. Incluso, los votantes aprendieron mucho más en este ejercicio aunque la votación no haya sido tan alta como en otras ocasiones.
Finalmente, en estos meses siguientes y acercándonos a la elección general del 7 de noviembre, es predecible que ante Gerry Leonard, Gabe Amo tiene una clara ventaja. Por ello, ahora comenzarán a salir aquellos que nunca dijeron nada ante el grupo de 12 candidatos. Incluso los comités demócratas fueron cautos en las primarias. Es muy fácil salir a apoyar a quien ya se perfila como ganador y no quemarse en medio de esa tormenta de las primarias. Sólo los seguidores asiduos de los que se lanzaron pusieron su nombre y hasta se enfrentaban como fieras ante la prensa y ante los contendientes por su candidato, un fervor lícito en un país de libre expresión. Ya los endosos de oficiales electos o de figuras prominentes son decorativas, Gabe Amo ya recibió la votación de aprobación del electorado, suficiente para una persona nueva y que ganó en buena lid dentro del partido Demócrata.