En toda sociedad organizada y civilizada se conjugan múltiples factores que permiten que la vida y el quehacer entre sus miembros sea más feliz, más más llevadera dentro de los diferentes retos que esta trae consigo. Los principales factores son el cumplimiento de los Deberes lo cual deriva en el logro de los Derechos.
Independientemente de como se organicen los países, los estados y las comunidades. Muchas de ellas con milenios de formadas y otras muy nuevas, pero es claro que cada comunidad es única en su conjunto. Incluso, si ésta se compone de individuos o grupos de diversos orígenes, esa comunidad seguirá unos patrones que le permitan desarrollarse y realizar sus sueños y aspiraciones más comunes.
No obsta repetir que la libertad de los individuos y grupos será el mayor tesoro que nadie podrá romper o impedir bajo ninguna circunstancia y el estado de deberes y derechos hará lo posible para que en sus estatutos y normas sea respetada y se haga cumplir para convivencia en paz y armonía.
Hecho este preámbulo, que no es ninguna clase de sociología o ciencia política, si no el recordatorio de las cartas de la constitución del mundo que en su mayoría predican estos cánones sobre la libertad, los deberes y los derechos, mismos que se crearon a partir de la experiencia de cada sociedad.
Estamos muy acostumbrados a mantenernos exigiendo derechos, a repetirle en la cara a cada cual que nos respete nuestros derechos, nuestras libertades, nuestras individualidades, nuestras preferencias, nuestros gustos personales.
Estamos saturados por la cultura de que millones quieren hablar en aras de la libertad de expresión y hemos eliminado el poder de escuchar, por el contrario, si escuchamos parece que perdemos poder. Hay un temor a ser convencidos, sensibilizados, arrastrados, masificados y hasta creemos que nos borran o desaparecen cuando escuchamos al otro.
La mayoría de movimientos, de marchas, de campañas, de nuevas tendencias o ideologías están basadas en la exigencia de derechos, en la exigencia de reconocimiento y de creación de leyes o de estatutos nuevos para que se cumplan dichas peticiones públicas, siempre se usa al grupo, al pueblo, al conglomerado para estas exigencias.
Y bajo esta forma de la búsqueda de la unidad se llega a trastocar muchas de las premisas planteadas al comienzo de este artículo.
Por ejemplo, la carta de la constitución se cambia bajo acuerdos de los congresos, artículos son cambiados cada cierto tiempo para lograr modernizar y permitir que la evolución social sea incluida en las leyes y lograr equilibrar lo antiguo de aquella constitución original y ajustar artículos a la vida actual. He aquí que, aunque muchos ciudadanos no estén de acuerdo con los nuevos cambios o leyes, deberá acogerse a las leyes de la localidad o estado donde vive, si es que quiere participar de la vida de dicha sociedad.
Mientras que no se realicen cambios radicales, los grupos sociales se ven en la necesidad de usar normativas a nivel local, otras sociedades harán el esfuerzo para entenderse entre sí, sin necesidad de acompañar a quienes lideran la exigencia u obligatoriedad de las demandas bajo el pedido de creación de nuevas leyes que obliguen a todos los individuos, incluso a aquellos que no están interesados en ser parte de las nuevas exigencias, por creencia, tradición, preferencia y hasta por ignorancia. Por ello hay concejos, legislaturas estatales, federales, congreso y cortes que debatirán, crearán y aprobarán leyes.
En momentos puntuales como: campañas políticas, celebraciones de grupos minoritarios, demostraciones de grupos específicos y campañas de ideologías, de tendencias e incluso de modas se puede presentar conflicto muy claro y los grupos que defienden cada uno su agenda estarán en riesgo de confrontar a los demás.
Acá es donde quiero dejar mi opinión sobre la importancia de hacer valer en primer lugar los artículos que en cada constitución declaren, ordenen los deberes del ciudadano y luego se lean aquellos relacionados a los derechos.
Estamos queriendo regir un mundo de solo derechos, nadie quiere tomar los deberes como parte vital de su aporte a la vida familiar, cívica, económica, política y social y por ello las generaciones presentes y futuras enfrentan controversias marcadas por el radicalismo. Por ello, se confunden muchas leyes, se trastocan términos y se crea una confusión que se sale de las mínimas maneras de convivir.
Un deber ciudadano en la campaña política local en nuestro estado de Rhode Island amerita por parte de sus actores y participantes, al igual que por los activistas observar lo enunciado anteriormente.
Permitir que las personas tengan su propio criterio y no querer imponer candidatos por preferencia personal es un deber. Hacer campañas bajo el respeto y apoyar a cada candidato con respeto de los demás, es un deber. Además, todos los miembros de la comunidad tienen el deber de escuchar, el deber de respetar, el deber de participar y el deber de dar el ejemplo de buena voluntad. Prensa que tiene el deber de hacer control político, análisis político, expresar y pedir que los candidatos presenten rendición de cuentas sobre su trabajo; políticos, funcionarios, prensa, votantes tienen deberes y derechos y ninguno debe cancelar, descalificar, irrespetar, discriminar, insultar o calificar sin base a ninguno de quienes conforman la sociedad.
Luego, si al menos la mitad de los deberes son cumplidos, podremos al menos pedir derechos, los cuales ya tenemos en esta sociedad y que están establecidos en la constitución. En mi concepto nadamos en derechos y aún así no estamos conformes. Primero ofrezcamos muestras de cumplimiento de deberes para tener pruebas y exigir más derechos.