Hay un comportamiento muy común en los niños de hoy en día, y es que todo lo ordenan. ¡Dame agua, dame comida, tengo frío, tengo calor, etc.,! y los padres lo único que hacen es obedecer, corren a atender a su majestad, cuando ellos están en su plena capacidad de adquirir lo que necesitan, porque es solo ir al refrigerador, al closet o donde sea que está todo, y no es necesario que sean servidos.
Esta generación se ofende por todo, y la culpa no es de ellos en su totalidad, parte de la responsabilidad recae en el amor, ya sea por ausencia o por exceso, no han aprendido a amarse, quieren que les den de todo pero no dan nada, por eso exigen aceptación de parte de todo el mundo, ya que no pueden dar entendimiento y respeto a las ideas de los demás.
También influye en la crianza de los niños el ambiente social, y este tiene mucho que ver con la responsabilidad de lo que pasa con esta generación, pues hay un miedo social que se les ha generado a no ser aceptados, y por eso es que exigen que los otros no digan o no exijan, para poder encasillar más fácil a una sociedad que no da tregua.
Esta situación demuestra la falta de herramientas que tienen para adaptarse a situaciones adversas, están desesperados buscando amor, porque como tal en casa nunca tuvieron amor equilibrado, solo cobertura excesiva de necesidades, y los responsables de su crianza parece haber olvidado que educar y corregir es la forma más grande de mostrar amor, prepararlos para los momentos difíciles es el mejor legado que se les puede dar.
Los seres humanos somos de los que tenemos el periodo de dependencia más largo para la supervivencia respecto a otros animales, y los padres helicóptero y bulldozer piensan que todo tienen que ser sobre el niño o la niña, y por eso hoy la “generación de cristal” es una generación egoísta, que creen que ellos priman sobre todo el mundo y no piensan en el beneficio de los demás.
Mientras ellos se sigan centrando solo en el yo, nunca se podrán dar amor propio, el cerebro siempre está buscando los errores, lo que hay que cambiar, es un instinto de supervivencia para adaptarse, por eso siempre está buscando contra que luchar, y la mejor opción es que todo los ofenda.
Si lograra cambiar eso, si tú como padre, madre, o cualquiera sea el parentesco de crianza, lograrás enseñarle a dar amor, respeto, comprensión, honestidad, a dar y no exigir tanto, las próximas generaciones podrían cambiar muchas cosas, porque empezarían a fluir como seres humanos, como personas.
Con la lección de la contribución, aprenderán que el que no siembra no cosecha, dejaran de vivir como víctimas, porque desafortunadamente han aprendido a acumular todo lo malo: “no me dan, yo merezco”, y debido al exceso de cosas se les ha olvidado acumular lo bueno: “puedo ver, oír, respirar por mí mismo, caminar, tengo comida, un techo”, y mantienen inmersos en la cultura del merecimiento, porque les enseñaron que deben recibir todo sin dar nada a cambio. El llamado de la vida no es para darnos algo, si no para entregar, y cuando esto se hace es una sensación maravillosa.
Hoy en día quieren que todos piensen lo mismo, de lo contrario son malos o pueden hacerles daño, y eso los hace débiles como seres humanos, porque temen o les da miedo enfrentar la verdadera realidad social, donde todos somos diversos y todos pensamos diferente, y eso es lo maravilloso de ser racionales y lo que nos diferencia de las otras especies animales.
En nuestra cultura siempre estamos culpando a otros por lo que pasó o dejó de pasar, no asumimos las responsabilidades de nuestras decisiones y actos, y eso es lo que les hemos transmitido, ellos creen que sus vidas y momento son los peores de la historia, eso pasa porque no tienen referencias anteriores, de cómo le tocó a sus padres o abuelos, porque con la crianza se les ha formado una burbuja para evitar que sufran, que no les permite ver la realidad real, sino una realidad creada.
A ellos se les ha hecho la vida tan fácil que creen que siempre fue igual, van uno detrás del otro dejándose llevar por las redes sociales, que lo único que hacen es transmitir e incrementar esos sentimientos, porque por miedo a no ser aceptados solo se relacionan con quien piensa igual, y quien no lo haga está mal, por eso es importante socializar o interactuar con otros pensamientos. Para conocer otras realidades es importante no quedarse callado, ni exigir a los demás que lo hagan, porque con eso lo único que se logra es hipnotizar y hacer crecer cada vez más la cultura de la debilidad.
No estoy incitando a que haya maltrato o violencia, he escrito acerca de esa cadena que necesitamos romper, pero tampoco podemos llegar a los extremos, es necesario enseñarles disciplina, porque de lo contrario seguirán saliendo retos y comportamientos nocivos, como por ejemplo el reto de golpear a los profesores solo porque ellos son ellos y nadie les puede decir nada, si no se toman cartas en el asunto nos encaminamos a una anarquía auspiciada por padres que no saben dar un amor responsable.
¿Qué vas a empezar a hacer para reducir el miedo de tus niño(a)s?