Por: Gita Brown
Traducción: Jhon Cardona
LA TRAYECTORIA DE LA BAILARINA FOLCLÓRICA ANDREINA MENDOZA
Andreina Mendoza, de veintidós años, soñaba con ser bailarina desde que era pequeña. Sin embargo, sería mucho más tarde y gracias a su herencia colombiana, que encarnaría plenamente el arte de la danza.
“Cuando tenía 16 años”, recuerda, “… en la fiesta de quince años de mi prima [una celebración tradicional latinoamericana para celebrar los 15 años de una joven], la vi bailar cumbia [un baile de cortejo]. Llevaba una falda larga y hermosa. Me pareció algo precioso y le pregunté a mi mamá si yo también podía tomar clases de cumbia”.
Durante un año, Mendoza asistió a clases de danza en la Sociedad Cultural Colombo Americana, Inc., una organización sin fines de lucro que preserva y promueve el patrimonio y las tradiciones colombianas en toda la región de Nueva Inglaterra. Allí también conoció a su mentor, Nader Molina, quien la animó a explorar la danza y el teatro como carrera.
Ahora Mendoza es estudiante de ultimo año en Rhode Island College.
“Elegí RIC porque está cerca”, dice. “También porque es la única escuela que encontré con un programa de danza que no es elitista, que enseña danza de una manera accesible para mí”.
Mendoza se postuló al programa de danza de RIC sin saber nada de danza moderna o contemporánea, pues nunca había tenido contacto con ese estilo de baile. Además, dice que, el hecho de que la profesora Angelica Vessella la animara a enviarle por correo electrónico un video de audición para mostrarle lo que sí sabía, que es bailar danza folclórica, la hizo sentir bienvenida.
“Como colombo-estadounidense, nuestra herencia es una mezcla de raíces africanas, indígenas y europeas, lo cual se refleja en nuestra danza”, afirma. “La mayoría de los países de Centroamérica y Sudamérica tienen la misma mezcla debido a la historia de la colonización”.
Estas costumbres danzarias se transfieren a través de Raíces, el grupo de danza de su mentor (Molina). Como bailarina folclórica, esa emoción de interpretar en festivales y otros eventos públicos, de conectar con los espectadores a través del movimiento ha sido profundamente gratificante para Mendoza.
Al mismo tiempo, ser miembro de la Compañía de Danza de RIC le ha ofrecido experiencias transformadoras. Y elogia las oportunidades que le ha brindado la compañía de poder bailar en conciertos, que de otro modo no habría tenido; pues lo ve como un privilegio que no muchos obtienen. También ha coreografiado un par de piezas para la compañía que combinan danza folclórica y contemporánea.
Las clases del programa de danza incorporan una amplia gama de estilos de danza, impartidos por profesores y artistas invitados. “He aprendido muchísimo”, afirma Mendoza. Los estudiantes de danza también deben tomar cursos técnicos de teatro para comprender todos los aspectos de una producción. “La experiencia de trabajar aquí con un equipo técnico profesional ha sido invaluable”, dice.
Actualmente en su último año académico, Mendoza se dedica arduamente a su arte, practicando seis días a la semana. Desarrolla sus técnicas de danza moderna y contemporánea con la Compañía de Danza de RIC y sus técnicas de danza folclórica en el estudio de Raíces; donde también imparte clases de danza, crea coreografías, confecciona vestuario, además de crear utilería y accesorios para el cabello.
Raíces se presenta en todo Rhode Island, recibiendo un gran apoyo de las numerosas comunidades hispanas de Central Falls, Pawtucket y Providence.
Tan solo el año pasado, el grupo actuó en Portugal y tiene previstos otros viajes a festivales en Bulgaria, República Checa o Corea del Sur a finales de este año. Para ampliar su repertorio de danza folclórica, Mendoza ha estado estudiando danza tradicional mexicana con el Grupo Misol-Ha: Unidos por el Folclore Mexicano. Y afirma que la danza desempeña un papel importante en diferentes culturas y que puede ser una forma de explorar y compartir tradiciones culturales.
“Como estudiante de danza con especialización secundaria en antropología cultural, considero la danza tanto movimiento como cultura. Me gustaría seguir aprendiendo danza folclórica, enseñar, viajar y bailar”.
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