Todas las actividades económicas, sociales y culturales han sufrido un cambio drástico desde marzo de 2020.
Cada gremio ha tenido que ajustarse a nuevas normas, ha tenido que afrontar crisis y la incertidumbre que trae consigo una pandemia que fluctúa y que sigue en oleadas en todo el mundo parece no terminar.
El mundo comercial y de producción está siendo golpeado por la crisis mundial. No solo los que producen están en vilo, aquellos que importan o exportan están igual. Solo unos productos se van normalizando dada la desesperación de la demanda. Ello ha hecho que sectores puedan ver una oportunidad de sacarle provecho a esta situación.
Los servicios gubernamentales, que aún funcionan virtualmente, mantienen su vigencia y hacen saber a los ciudadanos que sus impuestos deberían seguir siendo colectados y que si califican, obtendrán algunas exenciones. De esto se encargarán las oficinas de recaudación de impuestos en este próximo semestre.
También el gobierno seguirá demostrando que esta crisis sanitaria no puede detener el sistema normal de los países, incluso sus sistemas bursátiles, sus sistemas de mantenimiento de el flujo de las energías que mantienen en funcionamiento el aparato productivo y el aparato de gobierno.
Las comunidades están enfrentadas a los largos períodos de espera a las soluciones básicas, a los estímulos económicos; esto en países desarrollados. En aquellos que no disfrutan de un sistema económico que distribuya algo de su riqueza entre sus contribuyentes, esto es un desastre mayor.
Países que se verán abocados a buscar en sus vecinos la oportunidad de pasar fronteras para buscar esos países donde el apoyo económico suena como una campanilla y hace que se deje la pobreza y no importando los riesgos, buscar nuevas tierras.
Para la actividad política y gubernamental pareciera que no es una crisis, tanto los comicios como las campañas son exitosas. Y sus seguidores, que en su mayoría circulan alrededor de la búsqueda diaria de los puestos en el mercado de empleo del gobierno; ya sea con el trabajo de estar politiqueando, o cambiando servicios por prebendas en el gobierno lograrán sus objetivos.
Incluso aquellos que tienen sus calificaciones para aplicar a los puestos en cada profesión, encuentran que sus plazas de empleo pueden madurar ahora, ya que el gobierno es el mayor empleador.
También en medio de la crisis, muchas normas, muchas nuevas leyes y muchos cambios no serán ni notados por los contribuyentes, los legisladores, en la virtualidad tienen sus escritorios atiborrados y represados de legislaciones.
Sorpresas nos depararán. No sé si se les podrá exigir explicación o si se podrá pedir que revisen dichas decisiones en algún momento cuando las comunidades puedan ejercer su derecho a vigilar o a asistir a las audiencias públicas. Ya que esas audiencias virtuales no todas estrena al alcance de el pueblo que es analfabeta digital.
Un cambio drástico en como nuestros gobiernos ejercerán los mandatos que les hemos dado, y en nuestro desespero por las necesidades básicas no debiéramos olvidar que los hemos elegido.
Otras plazas de empleo han sido por demás, aseguradas y mejor aún, repuntan con nuevos ascensos, aumento de salarios y mucho brillo social. Cambios de estatus y aspiraciones a la puerta giratoria de los puestos políticos.
Esta pandemia ha servido para exponer a grandes grupos de funcionarios públicos, personalidades electas, y políticos ya curtidos en el servicio público como las panaceas salvadoras del universo en desastre.
A fin de este año las organizaciones sin ánimo de lucro que antes premiaban con cenas a los líderes en el mercado del mutuo elogio, este año se lucirán con cenas que premiarán a la filantropía en vez del servicio social. Se premiará la política, un servicio para el cual se le paga a muchos políticos. Por que el trabajo público no es ni gratuito ni para los amigos, ni se ejerce por el buen corazón.
Este se ejerce por capacidades para cada cargo de elección o de nombramiento. Aunque este principio está confundido y olvidado hace mucho tiempo. Los amigos son primero, las deudas de campaña después y el pueblo lo dejamos para el próximo período o candidato que nos venga a prometer.
Para el común de los votantes esto resulta inexplicable, pero, hay una razón que podría dar una pista a esta realidad. Cuando el común del pueblo es vulnerable no puede pensar, cualquiera de cualquier partido político, de cualquier denominación o tendencia puede tomar control de sus decisiones y es muy difícil que las comunidades puedan tener una claridad en sus criterios.
A una comunidad vulnerable por motivos de miedo, incertidumbre, desempleo, muerte, enfermedad, se le puede decir lo que sea y eso sonará a trompetas de gloria. Aunque al despertar, la pesadilla sea peor, pero a ello se acostumbra y nada dolerá por que la comunidad siempre se ha hecho inmune al dolor. Ya sabe que cada golpe es más duro y su piel ha creado anticuerpos.
Cada temporada, igual que el mar, trae sus mareas y sus cosechas. Las estaciones sociales son un ciclo y la sociedad es el cultivo y la cosecha.
El mundo estará atento a los cambios que cada bloque mundial proponga y mientras tanto, localmente, cada comunidad deberá lidiar con su propio ciclo. Lo único bueno es eso, nada es eterno y los ciclos pueden cambiar y con nuestras propias calificaciones y capacidades haremos nuestra parte y mientras se viva en libertad el final puede ser mejor de lo que esta etapa nos ha deparado.