En el artículo Hombre Para El Futuro, hablaba de la responsabilidad de los padres para criar hijos (hombres) autónomos…. En este artículo hablaré de la evolución social a la que necesitamos adaptarnos como hombres, para afrontar la nueva masculinidad.
Ese hombre de las cavernas pecho peludo, lomo plateado, macho alfa, aliento a alcohol, bragueta olorosa a sexo, fue mandado a recoger hace ya algún tiempo, sin embargo aún seguimos viviendo con ese chip, o mejor aún, persiste esa enfermedad del machismo en nuestra sociedad.
Por si no te has dado cuenta, las mujeres a nivel social han evolucionado, son más autónomas, están más preparadas a nivel académico y profesional, generan sus propios ingresos, muchas veces más altos que sus parejas masculinas, en conclusión no necesitan de un hombre para subsistir, solo lo buscan como compañía sentimental.
Esta evolución del género femenino, obliga al género masculino a hacer lo mismo, pues lo que no evoluciona sencillamente desaparece, si no me crees solo recuerda a kodak, era la marca más grande de la industria de la fotografía, no creyó en la cámara digital y se redujo significativamente, blockbuster, recordaras lo grande que era, no creyó en la era digital y desapareció. Así mismo funciona con la biología, si como género masculino no evolucionamos y nos adaptamos a las nuevas necesidades sociales, de una u otra manera… desapareceremos, ¿no me crees? Solo mira como el papel del hombre proveedor ha ido desapareciendo.
Para podernos adaptar a esta nueva masculinidad, es necesario entender el actual funcionamiento social, donde debemos aceptar cuando una mujer está más capacitada para ejercer un rol que quizás como hombres no pudimos, y en vez de ser un obstáculo en el camino de esa mujer apoyarla, más aún si es nuestra pareja, hija, madre o tenemos cualquier tipo de vínculo con ellas, es inadmisible que aun hoy en día muchos “hombres” sigan usando su fuerza física o bruta y/o violencia psicológica para imponerse ante la mujer.
Independientemente de la responsabilidad familiar para que un “hombre” nunca abandone su nido, como hombres debemos… necesitamos… asumir el control, salir de ese caparazón de papi y mami, para hacernos cargo de esa nueva familia o nido que se está formando, y hacer entender al núcleo natal, que siempre van a ser algo especial y nuestra familia, pero ahora es momento de empezar y responder por la propia, asumiendo las responsabilidades completas.
Todavía hay muchos hombres que cuando inician una relación con una mujer siguen buscando una empleada del servicio y no una compañera de vida, recordemos que el papel de proveedores está desapareciendo, y hoy las responsabilidades del hogar son compartidas, pues así como nosotros trabajamos, ellas también, independientemente del área en la que cada cual lo haga, recordemos nuestra pareja es nuestro igual, para ser apoyo y progresar juntos, no para tener una empleada, si como hombres no nos adaptamos a ser auto-suficientes será otro factor de desaparición.
Como hombres debemos estar en la capacidad de afrontar con nuestra testosterona las consecuencias de nuestros actos, pero todavía hay la cultura de “tirar la piedra y esconder la mano”, pues como soy el macho machote, soy infiel y después pretendo culpar a la mujer, a la amante, al entorno, pero jamás acepto mi responsabilidad, y si de esa acción surgió un embarazo, la vía mas fácil es huir cual vil cobarde olvidando su verdadera hombría.
Socialmente nos han formado creyendo que como hombres debemos saber todo, se nos olvida reconocer que estamos en este mundo para aprender, es bueno decir no sé, eso nos humaniza, somos unos seres humanos normales, con desconocimiento, sentimientos y emociones.
Es cierto que como género masculino fuimos dotados biológicamente de la fuerza, y es lo que transmitimos a nuestros hijos, también lo es que sentimos, y muchas veces necesitamos expresar el inconformismo, dolor, insatisfacción, alegría, tristeza, rabia y todas las emociones que experimentamos, pero nos han cercenado la posibilidad de hacerlo, porque si lo hacemos “eso es solo para el sexo femenino”, y quizás esa es la razón por la cual aún hay tanto agresor masculino, porque mantenemos con las emociones reprimidas y la única forma de expresarlas es con violencia.
Es hora de empezar a analizar el funcionamiento social, para adaptarnos mejor a él, y preguntarnos ¿Qué conducta dañina sigo teniendo y puedo modificar? ¿Qué conducta no puedo modificar y necesito ayuda profesional?