En Rhode Island College no es raro que los estudiantes tengan lazos familiares, desde hermanos que asisten juntos a la institución hasta hijos o nietos que asisten décadas después que sus padres o abuelos. Sin embargo, resulta motivo de celebración ver a madre e hijo asistiendo juntos a la universidad.
Catherine y William Reyes son una madre y su hijo, con raíces latinas, que eligieron la enseñanza como medio para ayudar a moldear las mentes de la próxima generación, aquella que algún día cambiará el mundo.
Catherine, madre de cuatro hijos, se especializa en educación en idiomas y es profesora de español en la escuela secundaria Paul Cuffee School. Mientras que William cursa educación primaria, con especialización en educación especial, actualmente es aprendiz en la escuela de primaria Harry Kizirian en Providence.
Al hablar con ellos sobre quién tuvo la idea de asistir juntos a RIC, William dice en broma: “Mía, no fue.” Pues él empezó mucho antes de que su madre tomara la decisión de ser maestra.
Catherine, quien ya tenía una licenciatura en español de hace 30 años, dice que comenzó a trabajar como maestra suplente de español durante la pandemia. Algo que sería solo por seis semanas y que eventualmente se convirtió en ocho meses. “Terminé amando el trabajo y decidí volver a la escuela para obtener mi permiso de enseñanza”, dice. “Básicamente estoy siguiendo los pasos de mi hijo”.
Aunque madre e hijo nunca han tomado clases juntos, se han estado apoyando mutuamente durante todo el proceso.
“De hecho, disfruto verla querer aprender más y crecer”, dice William. “Eso es algo que aprecio de otros seres humanos; pero verlo en mi madre es genial. Esto me demuestra que mi educación nunca se detendrá. Me alegro de que ella continúe estudiando”.
Esa entrega por la enseñanza, no es ajena a ellos, pues los padres de Catherine fueron maestros; su padre durante 30 años y su madre durante unos 10 años antes de convertirse en mamá de tiempo completo de siete hijos.
Catherine también tomo la misma decisión de quedarse en casa para criar a sus hijos. Por lo cual, volver a la escuela después de casi 20 años no ha sido fácil para ella. Aunque manifiesta que se siente muy satisfecha con el resultado, incluyendo la cercanía que se ha creado con William.
“Lo que ha sido realmente importante es la retroalimentación del uno al otro”, dice ella. “William, me ha ayudado con tecnicismos, a como registrarme en clases, ha sido muy paciente conmigo, al ser yo una estudiante mayor que no está acostumbrada a toda esta tecnología; al mismo tiempo me ha enriquecido con el punto de vista de una persona joven”.
El resto de la familia también ha sido un apoyo imprescindible para ellos. El esposo de Catherine está especialmente complacido porque siempre quiso que ella hiciera uso de su licenciatura; además, les ha creado un vínculo más estrecho como familia, pues les ha permitido compartir más tiempo juntos hablando sobre la escuela y los diferentes aspectos del trabajo de un docente.
Aunque Catherine y William no caminarán juntos por el escenario de graduación (la graduación de William es en mayo de 2024 y Catherine obtendrá su certificado tan pronto como complete su práctica docente en mayo), ella expresa orgullo por la profesión que ha elegido su hijo mayor.
“La enseñanza es una ocupación bastante exigente y no para los débiles de corazón”, dice Catherine. “Estar juntos en este recorrido me enorgullece mucho de mi hijo, quien eligió una carrera que mostrará lo que lo educamos para ser: una persona consecuente y segura de sí misma. Sé que él va a influir en muchas mentes jóvenes.”
Como dijo Tupac: “No podré cambiar el mundo por mí mismo, pero seguramente influiré en las mentes de quienes lo cambiarán”, concluye.