Para nuestros ciudadanos el ejercicio del trabajo público, mal llamado servicio público en muchas ocasiones es simplemente política.
Esta editorial quiero dedicarla a un espacio a la Administración Pública y las Ciencias Políticas. Un tema muy vasto y que para nuestras nuevas generaciones debe ser una asignación al menos para visualizarla como una materia que forma parte de la vida de todo profesional sin importar la rama del saber que escoja para desempeñarse en su vida.
En mi caso particular, ha sido la mayor herramienta del saber que me ha permitido estar 30 años en el mundo del periodismo, del registro del quehacer comercial e incluso en la vida artística y del voluntariado. En ámbitos tan distantes o disimiles como el arte, las organizaciones sin ánimo de lucro, los negocios o emprendimientos, y las pequeñas y grandes empresas se evidencia como están relacionadas estrechamente día a día con la Administración Pública y las Ciencias Políticas.
Allí donde los ciudadanos estén, allí están presentes dichas disciplinas con sus representantes locales, estatales y federales.
Nuestros ciudadanos, incluso los que apenas recién llegan y que no quieren saber de dicha estructura, acá en los Estados Unidos se ven enfrentados con mayor fuerza a estas estructuras de poder del pueblo y de poder de las instituciones.
Por ello, si padres o adultos no quieren ver lo que hay que ver, les queda a los jóvenes la responsabilidad de verlo y de ser parte activa de este conocimiento. De lo contrario, otros regirán sus vidas de la manera que ellos quieran y sin rendir cuentas.
Para tener autonomía en esta sociedad y poder exigir y aportar se requieren varias credenciales: ser residente o ciudadano, para participar en la vida política; ya que en la vida de la administración pública participamos bajo leyes y obligaciones, cada que pagamos impuestos, cada que usamos los beneficios sociales o los de servicios públicos pagados, cada que respiramos ciudad o un ambiente social organizado somos parte de ella. Por lo tanto, negarnos a ser parte de la Administración Pública y de las Ciencias Políticas es negarnos a sí mismos. Estas disciplinas no existen si no existimos.
Dicho esto, el camino que resta es comenzar a mirar con ojo crítico lo que se desarrolla a nuestro alrededor con nuestros representantes en cualquiera de las dos áreas mencionadas.
Luego, enseñarle a nuestros hijos ese camino para que, aunque no decidan ser parte de el mejor empleo existente y mejor pagado cuál es el estado (Y con esto advierto que es el trabajo mejor pagado en cualquier país) al menos lo conozcan.
Normalmente vemos muchas personas que anhelan trabajar en el estado, pero no hacen su tarea. Educación, investigación, involucramiento con los partidos, ejercicio de observación como se mueven las personas que nos representan, exigir a los mismos que estudien y se preparen para tal o cual posición administrativa; y recuerden que la Administración Pública cubre todos los campos del saber y de el quehacer.
Y en las Ciencias Políticas, un campo poco acreditado, es necesario que nuestros hijos sepan de qué se trata.
Es un campo que si bien, es mancillado por muchos de sus exponentes, también encontramos personas que hacen honor a esta ciencia. Las Ciencias Políticas es el campo donde se ve reflejado el espíritu del ser humano y es la ciencia que pone a prueba día a día a quienes deciden ser parte de ella. Los votantes podemos ser quienes con nuestro poder del voto le digamos a esas personas si están o no calificadas, si tienen o no méritos para representarnos. Por eso, si no sabemos que son estas dos áreas del saber, solo seremos títeres de quienes nos dicen que son lo que no son dentro de la Administración Pública o de las Ciencias Políticas.
Mientras los ciudadanos no conozcamos estas diferencias nos seguirán engañando paracaidistas, ensayistas, cambistas, embaucadores y personas que sin ser nada de nada nos dicen que pueden o tienen que ser elegidas por que los respalda un partido o un movimiento. Se trata de credenciales personales y no de recomendaciones de partidos o de amigos. Ahí está el secreto de la ciencia de escoger candidatos.
Unas definiciones sencillas encontradas en los libros y recibidas en mis años de universidad traen mensajes como: Administración Pública y Ciencias Políticas
Descripción: El licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública es el profesional que explica los fenómenos sociales, políticos y administrativos determinados por las acciones del gobierno en la sociedad.
Campo laboral para la Administración Pública y Ciencias Políticas
Instituciones de gobierno. En las instituciones de gobierno los politólogos pueden laborar como funcionarios públicos a nivel municipal, estatal o nacional. …
Partidos políticos. …
Sector Privado. …
Medios de comunicación y agencias de marketing. …
Consultorías.
Qué es y para que sirve La Ciencia Política?
La Ciencia Política es una ciencia social que se aboca al estudio y el análisis de las relaciones de poder, implícitas o explícitas, entre la autoridad y los individuos, los grupos, y las organizaciones; y las estructuras, procedimientos y procesos a través de los cuales se llega a las decisiones políticas.
Un ejemplo de la valoración de esta carrera se encuentra que durante 2021 en México, el salario promedio mensual de los egresados se posicionó en los 13,477.00 pesos, para ubicarla en el número 14 de las licenciaturas mejor pagadas.
Y esto es solo comparativo, podemos revisar en cada país y encontraríamos el mismo común denominador. El cuento de que la política es sucia, calificada por iglesia, grupos puritanos y poco conocedores o poco educados, hace referencia a que es bueno ponerla en ese calificativo para que así no se meta mucha gente a competir. Lo mismo que decían y dicen del dinero: “El Dinero es Maldito”, y vaya que quienes lo predican lo buscan y lo guardan con celo para ellos mismos.
Es hora de ir dejando de lado esos mitos y creencias y entender que el poder no es para unos pocos, mientras que no se lo permitamos; el dinero no es para solo los afortunados, con la educación se aprende que el dinero es una herramienta, un instrumento que al igual que el martillo, podemos aprender a conseguirlo y usarlo apropiadamente.
Todo este ensayo anterior viene a colación de que las vendas deben caer de nuestros ojos, de nuestras mentes.
Cada elección, ya sea de medio término o elección general pasa lo mismo.
Remezón de puestos públicos, remezón de candidatos, lucha de poderes en las legislaturas a todo nivel, mucho movimiento y propuestas.
Pasan las pandemias y a quienes menos afectó fue a los que estuvieron en la Administración Pública y en las Ciencias Políticas.
Salarios que no se redujeron, y que pocas veces se publican. Lo haremos próximamente.
Lo más evidente y que prueba lo dicho anteriormente está visible en esta elección de medio término, como cada estado tiene su propia dinámica partidista, y tiene su propia casta política, sus propios seguidores en los cargos de nombramiento y y sus seguidores en las pequeñas poblaciones, se manifiesta la cohesión y el cierre en las oportunidades para ser candidato independiente.
Si usted no es de una cuerda política específica, ni sueñe qué tiene posibilidades de llegar.
Si tiene aunque sea un padrino y un título de medio pelo, usted puede ser escogido para apantallar y representar a los padrinos. Eso sí, debe cumplir unos requisitos previos, lealtad, traer muchos votos de gente que no sepa ni que es Ciencia Política o Administración Pública; mejor si sabe bastante de manejar personas que usen el lagarteo y búsqueda de votos en el vecindario y que sean bien bullosos y delirantes a la hora de vestir sus colores en las camisetas, sus gorras, pines y pancartas. Esa pasión dicen que es política.
Otra cosa que debe cumplir es que seguirá en esa carrera cueste lo que cueste y que estará disponible para cubrir el puesto que le pongan, no importa si usted no sabe de ese puesto, le dicen que ahí va a prendiendo, tranquilo eso ya está “setiado”.
Dicho esto, para los ciudadanos que al leer este artículo van cogiendo cuerda, quiero dejarles claro que al conocer más, se exige más y no al contrario, aquellos que dicen “No quiero saber nada de política” les cuento que esa frase es el suicidio y por ello es que nunca ha cambiado la manera de elegir a nuestros representantes, es por ello que las prácticas partidistas siguen siendo el campo de batalla entre los partidos y en medio estamos los votantes sin educación, sin criterio y sin ganas de hacer que esa situación cambie.
La comunidad hispana esperó 50 años para participar del pastel. Pero la manera en que entraron los nuevos practicantes de administradores y políticos me ha dejado anonadado, son los nuevos delfines y cuidadores de las espaldas de los que son los antiguos políticos anglosajones y es muy poco lo que aportan nuevo a la hora de representarnos.
Hay unas pequeñas muestras de practicantes de legisladores que han propuesto pequeñas legislaciones, proyectos de ley. Pero los vicios de fondo, nunca se atreverán a tocarlos. Ya lo hemos visto con legisladores estatales con 15 y más años y los resultados no se equiparan a los salarios recibidos por el trabajo.
En este comentario final voy de Administración Pública a Ciencias Políticas, ya que las dos trabajan de cerca para construir una estructura social justa y reivindicativa.
Ojalá que los votantes podamos hacer los cambios a través de una mayor educación cívica, una mayor interacción con los que dicen que nos van a representar; es lo que nos corresponde como electores ya que ese dinero de esa estructura sale de nuestros bolsillos. El 50% de nuestro ingreso se va a impuestos y si eso no nos hace entender de lo que hablamos en esta editorial, entonces no sé que lo hará.
Estaremos muy atentos a como cada representante electo, cada administrador de algún departamento en nuestro estado, cada político se mueve de carril de Administrador a político y de político a Administrador para que podamos calificar lo que ya hizo en dos años, por que a veces ni esperan cumplir su término y se aburre de lo que tanto prometió que iba a hacer y se va a otra candidatura. Esta parte es la que me deja perplejo y muy desilusionado.
Y cuando sale alguien nuevo, para emprender el camino o lo capturan en alguna campaña o le dicen, quédate quieto no vengas a revolcar el avispero.
Mensaje: Que el conformismo y la poca educación política no sea el que te lleve a votar esta vez. PS Se dice endosar no endorsar.