La política internacional vuelve a tomarse los titulares de todos los medios noticiosos de los Estados Unidos. La historia de los últimos 20 años, siendo muy conservadores en rescatar los conflictos más cercanos en el tiempo, es la que ocupa el escrutinio de los más agudos periodistas. Los medios del mundo, que están muy bien identificados con cada lado de la historia, hacen sus análisis y dejan claro quien es el malo de la película.
El caso de Afganistán no deja de ser un caso digno de estudio. Primero por la serie de documentales que acapara este país del continente asiático, sino por la larga historia de idilios con las diferentes políticas foráneas que han tratado de ocupar una cultura, una idiosincracia y un pueblo que por historia ha tenido que ver toda clase de invasiones a lo largo de su historia.
En Afganistán encallaron el Imperio Británico en el siglo XIX y la Unión Soviética en el XX (1979-1989). Tan sólo los mongoles bajo Genghis Khan conquistaron el país. Pero eso ocurrió en el año 1219.
Cada ejército como Rusia, que usó a segmentos de su población para tratar de tomar control haciendo que la población afgana se dividiera y los Estados Unidos que armó a tantos otros segmentos para que a su vez combatieran contra los rusos incluyendo a quienes los apoyaban, continuó la historia de división y de retroceso en la propia determinación aunque el país nunca ha tenido una identidad sólida.
Todos estos conflictos bélicos hicieron que las etnias cultivaran su profunda convicción tribal y sobre todo su pensamiento de que las diferentes etnias no pueden convivir en Afganistan. Situación bien aprovechada cada vez por potencias extranjeras y vecinos de Afganistán.
Ninguna de las invasiones han sido para unificar a Afganos, han sido para aprovechar al máximo dichas diferencias naturales. Para aprovechar la ubicación en medio de grandes potencias como la antigua URSS, China, India e Irán y lograr tener control geopolítico. Este pueblo, hoy más que nunca, se enfrenta a un destino bien incierto. No será raro que en esta nueva etapa de su historia tenga que ver de nuevo otra intervención más cruda que las anteriores. Primero, por que los grupos extremistas quieran borrar 20 años de aculturación occidental dado que los aliados llevaron esta cultura occidental a través de la ocupación del ejército norteamericano y de los aliados de la OTAN, si no por que cada etnia, dependiendo de que frontera tenga cuenta con aliados muy diferentes.
La inversión de trillones y de vidas fue el costo que pagaron los aliados por pretender mantener a raya a los grupos terroristas desde Afganistán son muy altos, tanto como los que perdieron los rusos.
Los Talibanes, agrupación fundamentalista islamista de Afganistán solo esperó 20 años por el desgaste, mientras se enriquecía de fuentes como las armas y las drogas.
Los resultados de la operación ocupación norteamericana con sus aliados y las razones que llevaron a occidente para dicha ocupación militar y la promoción, el entrenamiento de un ejército afgano para que siguieran una nueva Afganistán, creando condiciones para formar un gobierno, aunque distante de que se creara una democracia, ni siquiera lograron unificar a este pueblo, en realidad ese no era el propósito. Experimento que ya había vivido Afganistán cuando los rusos trajeron el comunismo para imponerlo.
Dicho esto, los afganos, especialmente quienes sienten que han sido combatidos por su religión-política, que en síntesis es su forma de gobernarse, son quienes hoy se alzan con el poder y el castigo a los que no sigan su estilo de gobierno no será leve, aunque pretendan ocultarlo. Le impondrán a quienes hayan adoptado el pensamiento occidental a que regresen a milenios pasados.
Una historia repetida, diferentes actores, igual resultado: destrucción.
Lo fue durante gran parte del siglo XIX, en lo que ahora se conoce como “El Gran Juego”: la turbulenta rivalidad entre el Imperio británico y el ruso por controlar Asia Central.
Dos siglos después, Afganistán atraviesa un momento aún más siniestro.
Desde el momento en que Estados Unidos comenzó a retirar sus tropas, los talibanes aceleraron su avance y el domingo 15 de agosto lograron el colapso del gobierno afgano tras entrar en la capital, Kabul.
Una entrada a Kabul en la cual incluso la tecnología ayudó a los Talibanes al crear un grupo de soporte técnico por internet para enviar mensajes a los afganos que se sintieran en peligro y que los talibanes los irían a ayudar, una estrategia planeada con antelación. Desde junio ya estos mensajes por internet estaban circulando. Los Talibanes se organizaron y consiguieron más adeptos.
Como en el año 2000 los Talibanes tienen de nuevo el control. Los Estados Unidos solo lograron a través de la inversión en armas establecer control en ciudades grandes.
Como si fuera poco las bases de datos de reconocimiento biométrico que los americanos tenían para detectar a disidentes, fueron tomados por los Talibanes, lo cual les da ventaja para su persecución. Aunque se trate de borrar los datos, seria imposible hacerlo completamente y no hay noticia de que se estén implementando estas medidas de mitigación.