Los errores médicos no siempre provienen de mala fe, pero pueden causar daños físicos, económicos y morales significativos. Este artículo analiza cómo la negligencia, impericia o imprudencia pueden generar responsabilidad legal para profesionales de la salud, y destaca la importancia de pruebas periciales, protocolos adecuados y asesoría jurídica especializada en casos de mala praxis.
