En diciembre, el ritmo acelerado puede desgastar la conexión emocional y la intimidad en pareja. La neurociencia explica cómo el estrés reduce el deseo y la empatía, pero también cómo la presencia consciente, la gratitud y la fe pueden restaurar la ternura. Amar en tiempos de prisa es un acto de pausa, entrega y reconexión.
