El presidente Donald Trump hizo campaña contra las posiciones culturales progresistas, incluida la forma en que se manejan la raza, el género y la sexualidad en las escuelas públicas.
En los primeros meses de su segundo mandato, todo el poder ejecutivo se ha movido para restringir las iniciativas DEI y la política educativa, que durante mucho tiempo ha sido un campo de batalla para tales cuestiones, ha sido un punto focal.