Aunque hace varios años no tenía contacto con Fabio, su muerte me golpeó y me llevó a escribir estas líneas. Inicialmente, quiero decir que nada más raro que el ser humano; se pelea con los vivos y va al cementerio a pedirle perdón a los muertos, sí, hay familias donde los hermanos no se hablan y cuando alguien muere, lloran, gritan y patalean como si el muerto los escuchara.