Ser madre y ejecutiva no es una contradicción, sino una expresión poderosa de liderazgo equilibrado. Este artículo reflexiona sobre el desafío y la belleza de encontrar armonía entre la vida personal y profesional, reconociendo tanto a las mujeres que brillan en múltiples roles como a aquellas cuyas maternidades transcurren lejos de los reflectores. Más allá del mito de la “supermujer”, se reivindica el valor de todas las maternidades y la importancia del bienestar como motor de una vida auténtica y plena.