En la historia de la humanidad, el hambre ha sido una constante desde el nacer hasta el morir, algo natural que hace parte del ciclo vital del ser humano. El hambre, como esa sensación incómoda y en ocasiones dolorosa, se vuelve crónica cuando el ser vivo deja de consumir con regularidad calorías y energías que le permitan llevar una vida normal, activa y saludable.